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Se desarrolló la sesión de la Comisión de Evaluación Ambiental (Coeva), en la cual se aprobó con condiciones el Estudio de Impacto Ambiental (EIA) presentado por el Servicio de Evaluación Ambiental (SEA) de Ñuble del Embalse Zapallar, tras más de tres años de tramitación, iniciativa priorizada, enmarcada en el cambio climático y crisis hídrica que afecta a Ñuble.
El proyecto busca capturar agua sobrante durante los cuatro meses donde el río muestra mayor caudal, almacenando cerca de 80 millones de metros cúbicos de agua. Además, garantiza el consumo humano, fortalece los Servicios Sanitarios Rurales (SSR), provee agua para combatir los incendios forestales y controla las crecidas del río, evitando desbordes e inundaciones.
El delegado presidencial regional de Ñuble, y presidente de la comisión, Anwar Farrán Veloso, sostuvo: “Entendemos que esta es una obra estratégica para la región y que además cuenta con el apoyo de nuestro gobierno, porque permitirá regar unas 10 mil hectáreas que hoy son de secano, lo cual beneficiará a más de 1.200 agricultores. Esta inyección de recursos hídricos podría transformar a nuestra región en una potencia agroalimentaria. Sin embargo, también estamos trabajando para disminuir el impacto social y mejorar las compensaciones, principalmente para las 12 familias afectadas directamente. Entendemos que es una obra importante para Ñuble y es por eso que se debe realizar respetando a las personas y comunidades”
El representante del Ejecutivo en la zona agregó que “es por eso que yo mismo me reuní con la ministra de Obras Públicas y con la directora de la DOH para plantear las inquietudes de las comunidades. El MOP se comprometió a mejorar varias cosas que los propios seremis enumeraron en un documento que yo mismo entregué en el ministerio. El MOP hizo un compromiso por escrito, para formar comisiones que solucionen algunos puntos que planteamos. Como son -por ejemplo- los subsidios de arriendo para aquellos propietarios que sean reasentados, que ahora se pagarán por cinco años y no durante los seis meses que se estaban ofreciendo. Otro punto a destacar es la reforestación de especies de flora y fauna endémicas, compromisos que el MOP aceptó subsanar y que se trabajarán con cada seremi. La primera comisión quedó fijada para la última semana de febrero”.
En esa misma línea, el seremi de Obras Públicas, Paulo de la Fuente Paredes, explicó: “el embalse es una obra estratégica, que no afecta el caudal del río Diguillín. El proyecto busca capturar agua sobrante durante los cuatro meses donde el río muestra mayor caudal, almacenando cerca de 80 millones de metros cúbicos de agua, además garantiza el consumo humano, Fortalece los SSR, provee agua para combatir los incendios forestales y controla las crecidas del río, evitando desbordes e inundaciones. En materia de riego, abordaremos cerca de 10 mil hectáreas, beneficiando a distintos sectores de las comunas de El Carmen y San Ignacio, donde el 85% de los recursos hídricos de este proyecto irán en beneficio de los pequeños agricultores. El gobierno tomó una decisión, a través del Consejo de Ministros para la Transición Hídrica Justa, la cual nos instruía continuar con este proyecto emblemático para la región, todo esto de acuerdo a las necesidades de adaptación al cambio climático y la escasez hídrica que nos afecta”.
Por su parte, el seremi de Agricultura, Antonio Arriagada Vallejos, dijo que “el proyecto tiene también un componente social, puesto que el 85% de los recursos hídricos irán directamente a los pequeños y medianos agricultores. Una hectárea de terreno es igual a una acción de agua. Los impactos positivos son mayores que los negativos. Con este embalse la región avanza para convertirse en una real potencia agrícola, que nos potencie la seguridad agroalimentaria nacional y regional. Sin duda que el impacto positivo será mucho mayor”.