Una faceta poco conocida del pianista Claudio Arrau fue revelada por el periodista y escritor André Jouffé, quien llegó hasta Chillán para exhibir la película “Sueño de amor” que protagonizó el maestro en la década de 30’.
La exhibición del film de José Bohr grabado en 1935 en la ciudad de México, donde aparece el célebre chillanejo representando al compositor Franz Liszt, es parte de las actividades que desarrolló la capital regional para rendir homenaje al intérprete en el 117º aniversario de su natalicio.
Este registro audiovisual es uno de los más antiguos que se conversa del maestro y es una de las primeras películas sonoras hablada íntegramente en español en el mundo.
Tras ser exhibida en los años 30 estuvo perdida, hasta que Luis Horta realizó un extensa investigación que lo llevó hasta la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) donde se encontraba la única copia de 16 mm de la mítica película.
Al ser hallada, la Cineteca de la Universidad de Chile en conjunto con la UNAM y financiado por el actual Consejo Nacional de las Culturas, comenzó un proceso de restauración y digitalización para repatriar el filme.
Este registro junto a un libro constituyen un valioso aporte que fue donado el jueves recién pasado por el escritor Andrés Jouffé al Museo Claudio Arrau para fines educativos, tras ser presentada antes en la Casa Colorada en Santiago.
“Luis Horta es autor intelectual de ésta, al cual hay que agradecer este esfuerzo, porque creo que tener esta película de Arrau es parte del patrimonio. Arrau en piano era famoso, como Roberto Matta en pintura. Demoró alrededor de 10 años en restaurarse, es muy difícil recuperar una película por pedacitos. No son como las películas de Chilefilms que con el tiempo de la Unidad Popular se rompieron y después los directores estaban vivos para armarlas”, explicó.
Otras incursiones en el cine
“Sueño de Amor” no fue la primera incursión de Arrau en el cine, ya que antes también participó en otro film, “El hijo”, aunque solo en la parte musical. A través de su participación en la película de José Bohr, Claudio Arrau, busca llegar y conquistar el mercado musical de EE.UU., donde no era conocido, pues su carrera en aquel entonces brillaba en Europa.
“El gran mérito de esta película, pese a sus defectos, es que fue una de primeras películas sonoras que se hicieron en Lationoamérica. Claudio Arrau recibió 25 mil pesos mexicanos, que significaron de alguna forma también poder ingresar a un mundo nuevo, que eran los EE.UU. Arrau era muy conocido en Europa, pero EE.UU. era cerrado aún para él. Esta es una película de amor inspirada parcialmente en la vida de Franz Liszt”, comentó.
El maestro buscaba la difusión discográfica que solo en tierras norteamericanas podía alcanzar, por eso se atrevió a vivir esta nueva experiencia que para él resultó ser satisfactoria.
“Arrau estaba desesperado, no le daban ‘pelota’ en EE.UU. había mucho pianista, estaba surgiendo Sluburn pero de la especialidad de un Chaikovski. Liszt tampoco era gusto de norteamericano, pero él quería entrar por razones del sello RCA Víctor para tener la difusión discográfica, que estaba en manos norteamericanas. Todavía no estaba Grammophon de Alemania, entonces, él pensó que con esta película podía, pero desgraciadamente con un productor que no tenía mucha influencia, pero le sirvió para entrar por Texas a EE.UU.”, relató.
Si bien Arrau logró ingresar al mercado norteamericano, no se cumplen sus expectativas y la recepción del público no era la misma que en Europa.
“Logró ingresar, pero siempre fue gusto europeo, porque Liszt no es gusto norteamericano, a ellos les gusta más Bethoveen, Bach. Ni en una clase universitaria o colegial está Liszt. Ahora, Liszt en la película era como un gran plagiador, porque él en la gira recoge canciones gitanas que las ejecuta y las transforma en concierto. Eso es una gran revelación que yo creo que José Bohr no se dio cuenta ni Claudio Arrau”, destacó.
Para la película, donde aparece un joven Claudio Arrau, el maestro fue absolutamente autodidacta, ya que no recibió clases de actuación previas a la grabación del film.
“Fue absolutamente improvisado y esa fue la gracias que tuvo, porque hay algunas escenas donde abre los ojos desmesuradamente, un poco sobreactuado, pero en esa época toda era sobreactuado, se confundía el cine mudo con el sonoro. El cine mudo era sobreactuado y el sonoro, ya no era necesario. Ahora todo esto fue artimaña de la señora de Bohr que había sido alumna del mismo maestro de Arrau. Esta película costó mucha plata para la época, además el tema era en medio de los charros y los dramas mexicanos, imagínate meter la vida de Liszt en México”, detalló el periodista.
Sensibilidad social
Dentro de otros aspectos poco difundidos del intérprete, Jouffé destacó la sensibilidad social que cultivó a lo largo de su carrera, ya que no solo tocó para la elites, sino también para el pueblo.
“Claudio Arrau tenían muchas facetas y, entre otras, muy desconocida, es que también tocaba gratis para gente humilde y de las periferias de las ciudades. Es un aspecto que jamás se divulgó en Chile sobre su obra. (…) Vivió la división social de la época, donde no era común que los actores o los agentes permitieran que sus empleados, como era Claudio Arrau o Elizabeth Taylor, actuaran gratis”, comentó.