El lío fue por una herencia. Una herencia de un par de hectáreas en el sector Santa Elena, de Quirihue, que debían repartirse dos hermanos.
Patricio Contreras, de 65 años, quería vender, pero su hermana, María Elena, de 63 años, no quería y eso ya les había significado discusiones, amenazas e insultos varios que se lanzaban desde la “casa nueva” de Patricio a la “casa vieja” donde vivía Elena con su hija, el marido de ella y el hijo en común, de nueve años, y que está diagnosticado con TEA.
Cuando Patricio salía a tomar, las cosas eran peores y muchas veces era Víctor, el yerno de Elena, quien gracias a su experiencia en situaciones de crisis, conseguida tras muchos años trabajando en el hospital de Quirihue, lograba conseguir algo de calma. Nunca hubo denuncias formales por amenazas.
El pasado 2 de abril, la ecuación se completó. La discusión inconclusa por la herencia, alcohol y amigos en la casa de Patricio; y una escopeta cargada. Solo faltaba un pequeño detonante.
“Comenzó a sonar la alarma de su auto (en horas de la madrugada) y el yerno salió a pedirle que la apagara. Ahí fue que tomó la escopeta y se puso a disparar”, comentó el fiscal de Quirihue, Eduardo Planck.
Patricio había ido por la escopeta la segunda vez que le pidieron que apagara la alarma, esta vez en voz de su hermana. A ella le llegó el primer disparo y cayó en la puerta de acceso de su casa.
Los amigos de Patricio arrancaron, mientras los perros ladraban impotentes porque los habían dejado encerrados en el canil.
El segundo objetivo era su sobrina, quien estaba desesperada intentando calmar a su aterrado hijo. Apuntaron en su contra y dispararon, pero Víctor se interpuso y cayó muerto.
La joven desesperada y con la pierna herida tomó a su hijo y se escondió bajo la cama. Imposible es, por el momento, saber qué hizo que Patricio no la siguiera buscando en el lugar más obvio de todos y, en cambio, se fuera del lugar.
Dejó la escopeta, aún con dos cartuchos puestos – como si cada uno tuviera un nombre – apoyada en unos arbustos. Luego se metió a su casa a esperar a la policía.
Los medios locales contaron esta historia añadiendo que sería formalizado el sábado (ayer) y que se pediría su prisión preventiva.
Pero añadirían también un dato que, aunque meramente estadístico, genera tanta o más preocupación en las autoridades locales que este doble homicidio mismo: ya son ocho las víctimas de homicidios que se lamentaban en Ñuble este primer trimestre de 2024.
Cinco casos más que al mismo periodo del 2023 y el crimen se registró 24 horas después de que parlamentarios de la zona pidieran una audiencia con la ministra del Interior, Carolina Tohá, debido -precisamente- al alza de homicidios.
Los otros seis casos son más complejos de relatar. No se trata de peleas de familiares, ni disputas por dinero, ni tampoco se gatillan por un momento de exacerbación temporal.
Los otros seis casos son delincuencia pura y dura. Peleas entre traficantes, baleos desde el interior de un vehículo en marcha o balas locas, asunto que sin lugar a dudas le “toca la oreja” al Gobierno y a todos los programas y mesas de coordinación que se han realizado para evitar esta ola de violencia que tiene su rúbrica distintiva en el uso de armas de fuego en manos de particulares.
Particulares como esos delincuentes (la mayoría ya detenidos) o como Patricio Contreras, quien fue formalizado por ambos homicidios y por tenencia ilegal de armas, quedando en prisión preventiva.
Hasta el 3 de abril de este año, conforme a cifras de la Brigada de Homicidios de Chillán, de los ocho homicidios investigados, seis fueron con arma de fuego.
Hubo otro con arma blanca y uno mediante atropello.
Más armas en manos de privados
“Estas cifras no nos alientan en lo absoluto”, comentó el coordinador regional de Seguridad Pública, Jorge Muñoz, quien comentó que dentro de las estrategias del Gobierno estaba la creación de un comité pro-seguridad, “abarcando una fiscalización efectiva de control de armas en puntos legales como ilegales”.
Al respecto, las cifras oficiales de Carabineros Ñuble demuestran que mientras entre enero y abril de 2023, hubo 69 armas devueltas de manera voluntaria; este 2024, el gesto ciudadano decayó a las 45 devoluciones. A esto se suman siete escopetas y dos revólveres.
Sin embargo, lo que sí aumentó es la cantidad de armas que Carabineros estima que hay en manos de particulares en la Región de Ñuble.
Para el primer trimestre de 2023, éstas eran 23.295, mientras que en lo que va del año, ya se cuentan 23.462 (133 más).
Al respecto, el jefe de la Segunda Comisaría de Carabineros de Chillán, mayor Juan José Moraga, advierte que “toda acción de entrega de armas y munición irá en directo beneficio de la ciudadanía, lo que evitará que las armas no regularizadas lleguen a manos equivocadas”.
La autoridad policial instó a las personas que mantienen armas de fuego sin documentación producto de herencias, regalos o compras de estas sin mantener la transferencia legal “que concurran a cualquier cuartel policial de carabineros, dónde podrán:
entregar el arma de manera anónima si lo desea. El arma puede estar dañada, no inscrita, ser hechiza o mantenerte en cualquier condición, carabineros solo se limitará a recibir el arma y no cuestionara su procedencia al ser una entrega voluntaria”.
Finalmente, añadió que la entrega de armas o munición no mantiene ningún tipo de sanción o consecuencia.
Ñuble a contrapié del país
En 2022, junto con la constatación (mediante cifras del Gobierno) que daban cuenta que en Ñuble, los homicidios habían aumentado un 43% respecto al 2021 (año en pandemia), se consignaba que era la segunda región en que más se había alzado este tipo de denuncias.
Sin embargo, a mediados de 2023, desde la Delegación Presidencial se anunciaba que la región era la que más había bajado en este tipo de delitos en el país pasando de 13 (entre enero y julio de 2022) a siete.
Hoy, 7 de abril, fecha en que ya son ochoblos homicidios y que la región ha visto superada en casi un 60% estos incidentes, desde el Gobierno Central se difunde con entusiasmo que, por el contrario, los homicidios en el país han bajado un 4% respecto al 2023.
La semana pasada el subsecretario del Interior, Manuel Monsalve aseveró respecto a esta cifra que “tenemos una tendencia a la baja” entre el primer trimestre del 2023 y el mismo lapso del 2024. Como país, la cantidad de víctimas de homicidios consumados, comparado trimestre con trimestre, presenta una disminución de un 4%”, detalló.
Aclara, de todas formas, que esa tendencia a la baja no es uniforme, es nacional. “Hay regiones donde la baja es muy sustantiva, por ejemplo, las regiones del norte y algunas regiones del sur, y hay otras regiones que no tienen baja, sino que tienen alza”, prosiguió.
Un desglose local permite precisar que este año, de los ocho casos constatados, dos ocurrieron en Chillán, dos en Quirihue, y uno en las comunas de Yungay, San Carlos, Coelemu y Coihueco.
El jefe de la Brigada de Homicidios de Chillán, subprefecto Raúl Sánchez Escudero, planteó “ en el mismo periodo del año pasado teníamos tres, de los cuales uno correspondía a un parricidio; es decir, homicidios propiamente tal, llevábamos dos”.
Hay que señalar también que existen otras dos investigaciones por muertes sospechosas, tratándose de personas que murieron tras pasar por el hospital, con lesiones que –se investiga- podrían ser atribuibles a terceros.
“El denominador en común entre los homicidios del último tiempo corresponde al uso de armas de fuego, ya que seis de las víctimas han fallecido producto de este tipo de armas. Asimismo, el consumo de alcohol y comercio ilícito de drogas son factores importantes”, explicó.
Respecto a la instalación del Crimen Organizado en Ñuble, el subprefecto Sánchez comentó: “no hemos tenido casos de secuestros extorsivos, pero en tres casos de este año está asociado a la droga, ya sea por quitada o pago pendiente”.
De las siete investigaciones, cinco de ellas tienen imputado conocido, “en tanto se está avanzando para detener a los responsables de dos causas, para lo cual se está trabajando coordinadamente con el Ministerio Público”, aseguró.
Ñuble en relación a los vecinos
Sin perder de vista que el analista criminal de la Fiscalía Nacional, Ignacio Castillo, comentó en su visita a Chillán en febrero pasado que nuestra región debe estar alerta a la posible llegada del crimen organizado, ya que la actividad delincuencial en las regiones aledañas (Maule y Biobío) ya tenían presencia confirmada de agrupaciones como las del Tren de Aragua, el jefe de la BH hizo una comparación entre Ñuble y esas otras regiones.
“Si nos comparamos con el resto del país, más aún con las regiones más grandes, podemos decir que somos una región más tranquila. Solo un dato: en Valparaíso hubo casi un centenar de homicidios en 2023, y en Ñuble 13. Es decir, hay una diferencia importante, de acuerdo a las características demográficas”, destacó.
El subprefecto Sánchez, quien –de hecho- fue parte de la Brigada de Homicidios de esa capital regional, añadió que “a diferencia de años anteriores en que se utilizaban armas cortantes y armas hechizas, podemos ver que ahora los delincuentes tienen armas, y eso es una preocupación incluso desde la investigación y operativos, por cuanto debe existir mayor resguardo.
La munición más utilizada en las armas incautadas en Ñuble, corresponde a las de 9 milímetros, que además es la mayormente comercializada y porque es compatible con distintas marcas de pistolas, que son semiautomáticas, “y por eso son las más utilizadas”, sostuvo.
En Maule hubo 53 homicidios durante 2023, y en la Región del Biobío, la PDI investigó 98 homicidios durante el año pasado, a lo cual se suman otros cuatro que fueron investigados por Carabineros, sumando, en total, 102.
“Se realiza un trabajo coordinado con las distintas brigadas, desde la triada de homicidios, robos y drogas. En la Brianco nos ayudan constantemente y también la BIRO Ambas unidades, que conocen distintos modus operandi y una nutrida base de datos, nos permiten obtener información valiosa, sumado a la labor que realiza la Oficina de Análisis Criminal, dependiente de la prefectura
Ñuble de la PDI”, concluyó.