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Algor-ética

Señor Director:

El fallecimiento del Papa Francisco nos deja, además de su legado espiritual, una herencia intelectual clave para la era digital que estamos viviendo: la “algor-ética”. Este neologismo, acuñado por el propio pontífice, es una llamada urgente a incorporar principios éticos en el corazón del desarrollo de la inteligencia artificial. Francisco no se limitó a advertir sobre los riesgos de la IA —como la deshumanización, los sesgos algorítmicos o la carrera armamentística—, sino que propuso un marco integral donde la tecnología esté siempre al servicio del bien común y la dignidad humana.

En “Antiqua et Nova”, una nota sobre la relación entre la inteligencia artificial y la inteligencia humana, el reciente mes de enero, el Papa subraya que la IA, por fascinante que sea, jamás debe sustituir la capacidad de discernimiento y decisión moral del ser humano. La “algor-ética”, entonces, exige que los algoritmos respeten valores como la equidad, la transparencia y la privacidad, y que los desarrolladores de estas tecnologías asuman la responsabilidad social de sus innovaciones. Así, el Papa nos recuerda que la última palabra debe seguir siendo humana.

Junto a su legado, el desafío que nos deja es bastante claro: construir una nueva revolución tecnológica que amplíe nuestra humanidad, continuando con su desarrollo, pero con la ética como la brújula de todo avance digital.

Fernando Roa

Agentica Systems

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