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Señor Director:
En su cuenta pública, el presidente Gabriel Boric reveló la intención del gobierno de impulsar un proyecto de ley para legalizar el aborto y poner urgencia a la ley de eutanasia, lo que ha generado un enérgico debate. En este contexto, es fundamental señalar algunos puntos cruciales. En primer lugar, es necesario abordar el argumento del oficialismo que indica que las objeciones al aborto se basan únicamente en aspectos valóricos, una afirmación que no refleja la complejidad del tema. Existe, de hecho, una amplia base científica que sostiene que la vida humana comienza en el momento de la concepción y que, desde ese instante, el embrión posee el material genético completo de una persona, con una dotación genética que le permite autonomía y continuidad en su crecimiento. Por tanto, solo faltaría tiempo para el desarrollo de sus múltiples potencialidades, recalcando que no es una persona en potencia, sino que ya desde ese momento ES una persona.
En segundo lugar, es esencial que la comunidad comprenda que cada decisión política implica una concepción particular de ser humano. Es probable, entonces, que una aprobación de la legalización del aborto esté vinculada a la de la eutanasia, o viceversa, lo que significa que la vida humana se valorará según su capacidad de realizar o ejecutar acciones, su productividad o bien su calidad de vida, tomando más valor la vida de algunos que de otros y desviándose del hecho de que la dignidad es intrínseca a cada individuo. Este escenario podría desencadenar una serie de políticas que evidenciarán una pérdida de la noción de bien. Hoy es momento de que las personas que defendemos la vida no tengamos un rol pasivo y volvamos a alzar la voz, la cual fue callada por una mal entendida tolerancia y una comprensión superficial de los derechos humanos.
Pía Bustamante Barahona
Académica de Enfermería USS