La crisis sanitaria por el Covid-19 puso de relieve el rol de los gobiernos locales, no solo por su capacidad de interpretar las necesidades particulares de los territorios que gobiernan, debido a su mayor cercanía, sino que también por su capacidad de actuar en terreno previniendo y controlando la expansión de los contagios.
Pese a ello, el diseño del gobierno durante los cuatro primeros meses de la pandemia subestimó el aporte que podían hacer los Cesfam y consultorios, que en todos los países –independiente del nombre y características especificas- ha sido la verdadera primera línea de la salud.
De esa forma, se perdieron al menos 100 días de coordinación y de apoyo a lineamientos específicos de acción en sus territorios. En Ñuble, por ejemplo, la seremi de Salud ha asumido roles operativos, pero sin la suficiente coordinación con las comunas. Alcaldes de diferente tendencia política lo han dicho: no han sido suficientemente incorporados a la estrategia sanitaria.
Ventiladores, camas UCI, reconversión de camas, concentraron los esfuerzos del exministro Mañalich para la contención de la mortalidad y, debemos reconocer, con buenos resultados si el objetivo era ampliar la capacidad de manejo hospitalario. Sin embargo, esa visión hospitalocéntrica no es capaz de abordar la problemática del covid-19 en su total dimensión, partiendo porque deja fuera a 2.000 centros de atención a lo largo del territorio nacional. En Ñuble, son más de 100 establecimientos y profesionales con experiencia en el trabajo comunitario, y que por lo mismo tiene un vínculo estrecho con la población de mayor riesgo.
Se ha dicho, y con razón, que el daño se trata en los hospitales y la pandemia se controla en los territorios, es por ello que si asumimos como real que las cifras de casos activos en la región ronda las 600 personas, esta es una cifra abordable para hacerse cargo de la trazabilidad y aislamiento pertinente.
Lamentablemente, poco se ha avanzado en esto, más allá de anuncios que por un rato le dieron al Ejecutivo el dominio de la iniciativa pública, pero que a la fecha, un mes después, no se ha traducido en coordinaciones, normativas y recursos adecuados para los municipios.
Para lograr una buena estrategia frente al coronavirus se debe integrar a la Atención Primaria como eje central, por tener situado ahí el manejo territorial con la comunidad, donde se deben incorporar miles de trazadores distribuidos en todas las regiones de Chile, dedicados a investigar, localizar, identificar y notificar los casos.
Los expertos recalcan que es muy importante fortalecer la diversidad territorial, los liderazgos y características propias de cada comunidad. Por eso es urgente que se establezca un programa de apoyo social para municipalidades, de manera tal que les permita ampliar su capacidad técnica, de gestión, y logística en el territorio. De esta forma sería posible proyectar que las medidas restrictivas puedan ser cumplidas por la mayor parte de la población.
