El accidente de tránsito ocurrido la tarde del lunes en la ruta N-65, en la variante de San Ignacio, donde hubo dos fallecidos producto del impacto entre dos vehículos, causó un profundo dolor a nivel local y puso en relieve una de las peticiones más demandadas de las comunidades cercanas, el mejoramiento de la ruta N-59 o también conocida como la “Ruta de la Muerte”, que se conecta con la N-65.
La necesidad de modernizar la vía que une a Chillán con Yungay reflota una vez más entre las autoridades locales, quienes lamentaron los largos plazos que tiene el proyecto para ejecutar cambios que permitan ofrecer mayor seguridad tanto a conductores como peatones dada la gran cantidad de fallecidos y accidentes que se registran en ese camino.
Para el alcalde de San Ignacio, César Figueroa, este proyecto merece ser priorizado en la agenda local debido a que es una sentida demanda entre las comunidades que exigen un mejor estándar de la ruta.
“Cuando comencé como alcalde e incluso antes de ingresar cuando fui electo, le hice saber al seremi de Obras Públicas un poco el malestar y preocupación, porque esta obra debería haber estado terminada el 2023 o en la actualidad los trabajos deberían haber estado comenzando y no hay nada, y nos dicen posiblemente que el 2030 estaría finalizando. Entonces, los plazos sean ampliado excesivamente. Partieron con una doble pista, es decir eran cuatro pistas, y ahora están diciendo que ida y vuelta esas dos pistas, y pasando a una berma. Y eso es una preocupación, porque vemos que nuestros vecinos y vecinas tienen accidentes todos los días, algunos accidentes que cuestan la vida y la verdad para mi como alcalde es una preocupación, tengo que transitar por esa carretera la mayor parte del tiempo porque tenemos que conectarnos la capital regional”, sostuvo.
Las expropiaciones serían uno de los motivos que explicarían el retraso de las obras y a lo que aludieron las autoridades de gobierno en un encuentro con el alcalde.
“Nos han dado a conocer que producto de las expropiaciones que han sido un poco lentas, pero realmente creo que hay un poco de falta de voluntad, porque si en un inicio nos dijeron 2023, eso es lo que comentaba el intendente de la época, Martín Arrau, y pasamos de 2023 al 2030, o sea, cuántos fallecidos más vamos a tener. Creo que está totalmente fuera de lugar proyectar a 2030, cuando ya había un compromiso anterior, entonces, esto no da para más. Las comunas tanto de San Ignacio, El Carmen, Pemuco y Yungay ya no pueden seguir esperando. Hemos sido postergados por años y no puede pasar más tiempo”, expresó.
Respecto al diseño de mejoramiento de la ruta, el alcalde de San Ignacio manifestó su conformidad, sin embargo, la preocupación radica en los tiempos de espera.
“En un principio cuando se conversó, esas dos pistas que se proyectan vendrían con una berma, como la ruta de Cato, lo cual entrega una mayor seguridad y si alberga las ciclovías mejor aún, pero el tema son los plazos, porque no podemos seguir esperando. Por mi parte voy a invitar a los otros alcaldes de las otras comunas que están conectadas a la ruta n-59 para sumar fuerza y concretar este proyecto lo antes posible”, adelantó.
Ruta insegura
En la comuna de Yungay, el alcalde Rafael Cifuentes lamentó las demoras que presenta el proyecto de mejoras de la peligrosa ruta que en el último tiempo ha terminado con la vida de personas.
“Lamentamos mucho el atraso de la obra que permitiría hacer sentir seguros a todos quienes transitan recurrentemente por la ruta a la que algunos llaman ‘Ruta de la muerte’. Claramente nuestros vecinos y vecinas se enfrentan a un peligro constante, especialmente para quienes transitan día a día por trabajo o estudios, tienen que superar un alto tráfico de vehículos, baches, muchísimos accidentes”, expresó.
El edil agregó que “hasta ahora no hemos tenido respuesta de las instituciones gubernamentales respecto al proyecto, pero esperamos que pronto podamos ver avances, pues es una demanda importantísima de la comunidad”.
Proyecto
La reposición de la ruta Chillán Yungay, que une a seis comunas de la Provincia de Diguillín, tiene como finalidad mejorar la seguridad vial de una carretera que hoy cuenta con curvas muy pronunciadas y la falta de bermas en gran parte del camino.
El proyecto contempla el cambio de estándar de seguridad y de prestaciones como la reposición de pavimento y mejoras varias, entre las que está la rectificación de la ruta (eliminación de curvas más críticas que afectan la velocidad promedio), mejoramiento de los anchos, inclusión de una ciclovía desde Chillán hasta Yungay y mejoras de seguridad en el trayecto con énfasis en las zonas urbanas que atraviesa esta carretera, (Pemuco, San Ignacio, El Carmen, Pueblo Seco, entre otras).
También se realizará la construcción de bermas, cruces mejorados. En tanto, de los 17 puentes que considera el trayecto, hay 15 que serán reacondicionados.
Texto: Antonieta Meleán| Susana Núñez