La sobreactuación, el desconocimiento y los prejuicios tienen sus costos, y éstos podrían ser muy altos para los alcaldes de Quirihue y Coelemu que se exponen a severas sanciones por bloquear las rutas de sus comunas para impedir el ingreso a hospitales comunitarios de la red de salud a ocho adultos mayores provenientes de Bulnes, quienes debían cumplir cuarentena por haber estado en contacto con una persona contagiada con coronavirus.
El tema se instaló ayer temprano en la agenda local y fue creciendo y complejizándose con el correr de las horas. A la mala prensa y rechazo de autoridades locales, regionales y nacionales, primero se sumó una investigación de Fiscalía por impedir el libre tránsito y por poner en riesgo la salud pública, luego el anuncio del intendente Martín Arrau de perseguir su responsabilidad por el bloqueo de ruta e incumplir el toque de queda, la presentación de un recurso de protección por la vulneración del derecho de acceso a la salud de los adultos mayores y una investigación de la Contraloría General de la República por el mal uso de recursos públicos. Una avalancha que al terminar la jornada empeoró cuando el ministro del Interior, Gonzalo Blumel, aseguró que el Gobierno se querellará invocando la Ley de Seguridad del Estado.
En un Estado de Catástrofe como el que vive el país lo primero que se debe considerar es que el protagonismo y control del territorio lo tienen la autoridad militar, mediante la figura del jefe de zona, y el delegado directo del presidente, en este caso el intendente. Los alcaldes están llamados a colaborar con ellos, sobre todo desde el conocimiento del territorio y de las comunidades. Pero no es en ningún caso su misión “proteger” las fronteras de sus comunas y menos decidir quién entra o quién sale.
¿Acaso expulsarán de sus comunas a las personas mayores contagiadas de coronavirus que allí viven? ¿Qué pasaría si Chillán no dejara entrar enfermos o sospechosos de serlo? ¿Sólo los chillanejos tienen derecho a la asistencia médica del hospital? ¿Qué harían en Coelemu y Quirihue frente a enfermos graves en sus comunas?
Ser parte de una región y de una red sanitaria es complementarse. Lo que unos no tienen lo aportan otros. El problema de aislarse es que de pronto uno puede darse cuenta que necesita más de los otros que ellos de uno.
Los delirios de protector de la manada y los cálculos electorales hay que dejarlos para cuando no hagan daño. Así como está prohibido salir de casa, el próximo decreto debería prohibir la demagogia a toda la dirigencia política.
Pero más que lapidar, compartimos nuestra esperanza de que el arrebato y la ignorancia que impulsaron a los alcalde de Quirihue y Coelemu a actuar de manera tan insensible, muten por solidaridad y motiven una amplia y profunda reflexión sobre el único camino para afrontar la crisis del Covid-19 en Ñuble. Solo unidos, solidarios, cooperando y ayudándonos mutuamente lograremos superar este desafío de vida o muerte.
