Las energías renovables no convencionales se han transformado en el rubro más relevante en la cartera de proyectos de inversión en la región de Ñuble, y por su envergadura, los parques eólicos muy pronto se convertirán en líderes de la matriz económica local.
El último proyecto en ingresar al Servicio de Evaluación Ambiental (SEA) es el parque Pemuco que Engie Chile, una de las mayores empresas generadoras eléctricas del país, pretende construir en la homónima comuna, y que representa una inversión total de US$230 millones.
En septiembre, en tanto, se confirmó otra iniciativa de similares características y en la misma zona. Se trata del parque eólico Dañicalqui, que se emplazará en la comuna de Yungay, casi en límite con Pemuco, al norte del estero Perquenco.
Con una inversión total estimada de 120 millones de dólares, es el tercer proyecto eólico de mayor envergadura en la región, después del parque Pemuco y del parque Culenco, de la empresa alemana Plan 8 Unendliche Energie GmbH, que representa una inversión de US$300 millones, con una potencia de 248 MW, y que se emplazará en las comunas de Ninhue y San Carlos.
La participación de las energías renovables en nuestra matriz energética ha aumentado significativamente en los últimos años como consecuencia de su mayor competitividad, siendo similares en precio y hasta más baratas en algunos casos que las fuentes tradicionales.
Según un estudio del New York Academy of Science, los costos externos asociados al ciclo de vida de combustibles fósiles llegan a quintuplicar el costo por kWh generado por la energía obtenida del viento. La inversión inicial puede ser un poco más elevada, pero sus costos de operación y externalidades son menores, convirtiéndola en una de las alternativas más válidas en el largo plazo.
Para buena parte de los expertos, se trata de la más madura y eficiente de todas las energías renovables. En cuanto a su impacto a nivel local, como toda gran inversión, debería producir un efecto positivo en la economía regional y sobre todo en las comunas donde se emplazan estos parques.
Generación de empleos directos e indirectos, compra de servicios locales y hasta posibles descuentos en las cuentas de la luz, son algunos de los beneficios que podrían tener Yungay, Pemuco, Ninhue y San Carlos.
Sin embargo, no hay que olvidar que por más amigable con el medio ambiente que sean este tipo de generadoras, el impacto paisajístico que causa la alineación de los molinos gigantes no es un tema menor. La fisonomía del territorio será alterada y es responsabilidad de quienes impulsan estos proyectos y de la autoridad ambiental regional, mitigar sus efectos más nocivos.
Por tratarse de los primeros grandes proyectos de este tipo que se desarrollarán en la Región, debe propiciarse, desde un principio, un claro equilibrio entre el nuevo progreso que significan los parques eólicos y el mantenimiento del paisaje autóctono de Ñuble.