Señor Director:
La agricultura es la gran consumidora de agua en Chile y el mundo, llevándose cada año más de 80% del recurso. Así, los proyectos de riego han secado (literalmente) muchos acuíferos, con clásicos ejemplos como Aculeo y Petorca. Nuevos proyectos de riego se planean en varias zonas del país, los que involucran costosas obras de infraestructura como canalización, entubamiento y perforación de pozos profundos, entre otros, sin mencionar el desbalance hídrico que esto podría generar. También se ha considerado abastecer al rubro con desalación de agua de mar o acuíferos salubres.
Las buenas noticias: la agricultura en Chile podría abastecerse simplemente del agua que contiene el aire que respiramos, mediante la instalación de económicos sistemas de condensación de humedad atmosférica, los cuales pueden diseñarse para generar desde un par de litros diarios (pequeña agricultura) a miles (agricultura de frutales), para el riego de las hectáreas que sean necesarias, todo acompañado de energías renovables como fuente generadora. La mejor forma de solucionar nuestros problemas de abastecimiento, considerando proyecciones de consumo y cambio climático, es mediante las tecnologías emergentes como parte de una buena gestión.
Pablo A. Garcia-Chevesich, Ph. D. Hidrólogo