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Agricultores prevén caída de 15% en la superficie sembrada de trigo en Ñuble

El fuerte aumento de los costos, como los fertilizantes y las semillas, sumado a los problemas de acceso a financiamiento y la escasez hídrica, son los principales factores mencionados por el mundo agrícola para estimar una disminución de la superficie sembrada de trigo en la presente temporada, lo que se traducirá en una menor producción, adelantó el presidente de la Asociación de Agricultores de Ñuble, Carlos González.

Solo en los últimos 12 meses los fertilizantes han experimentado alzas de hasta 280%, aunque los aumentos se vienen registrando desde la pandemia.

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El dirigente gremial apuntó al escenario global, con la guerra entre Rusia y Ucrania como un elemento relevante, ya que ambos países están entre los principales productores mundiales de trigo y de fertilizantes. Frente a esta contracción de la oferta, no solo los precios del trigo se han incrementado, sino que algunos países productores están adoptando algunas restricciones a las exportaciones de granos, como Argentina, donde el gobierno fijó un límite de 10 millones de toneladas para la temporada 2022-23, muy por debajo de los 14,5 millones de 2021-22, mientras los analistas ya anticipan una menor producción en el país vecino, debido a la sequía, los obstáculos impuestos por el gobierno trasandino, el aumento de los costos, la inflación y las distorsiones cambiarias, entre otros factores. En Argentina, el trigo enfrenta el peor escenario de siembra de los últimos 12 años, con un área estimada en 6,2 millones de hectáreas, es decir, unas 700.000 hectáreas menos que hace un año.

Actualmente, Chile es capaz de abastecer el 45% de los 2,4 millones de toneladas que se consumen en el país, y el 55% restante se importa desde Argentina, Canadá y Estados Unidos, principalmente.

De acuerdo a Odepa, en la temporada 2017-18 se sembraron en Chile 236.415 hectáreas de trigo, sin embargo, en 2021-22 fueron 187.878 hectáreas. En el caso de Ñuble, en el mismo periodo la superficie pasó desde las 37.653 hectáreas, a las 32.647 en la temporada 2021-22, es decir, en cuatro años cayó 13,3%.

Para 2022-23 en tanto, se espera una baja de 15%-20% en la superficie nacional respecto a la temporada anterior, según los gremios agrícolas, donde Ñuble no sería la excepción.

A los factores ya mencionados, se añade el problema de la seguridad en la macrozona sur, de hecho, en La Araucanía, que concentra el 42% de la superficie nacional de trigo, la Sociedad de Fomento Agrícola de Temuco proyectó una disminución de 20% en la superficie para esta temporada.

Si bien la siembra comienza en abril y se extiende hasta los primeros días de septiembre, según la ubicación y la variedad de trigo (hay trigos invernales y trigos de primavera), la mayor parte ya se sembró, aclaró Carlos González, “y por la información que tenemos como Asociación de Agricultores, lo que hemos sondeado, es que la superficie de trigo en Ñuble va a bajar (…) Lo que vemos es que un gran número de agricultores redujo o mantuvo la superficie de la temporada anterior, pero además, podemos prever una caída en la producción, porque el alto costo de los fertilizantes ha llevado a muchos a aplicar menos producto”, indicó.

Según el seremi de Agricultura, César Rodríguez, la primera estimación oficial de superficie se conocerá en julio, cuando se publique el informe de intenciones de siembra, que permitirá dimensionar la variación respecto al año anterior, aunque la autoridad se mostró menos pesimista y sostuvo que no descarta un escenario positivo en que se mantenga sin variación la superficie.

“Hay una preocupación, porque el mundo está complicado. Como se sabe, tenemos algunas restricciones, hay un shock de oferta muy importante, muchas de ellas tienen que ver con la guerra de Rusia y Ucrania, donde hay un alza significativa de los costos de producción, a pesar de que estamos teniendo las primeras señales de que el alza ya no continúa, se está estabilizando, incluso se podría pronosticar una leve baja en los insumos, fertilizantes químicos principalmente, pero ya ha repercutido en buena parte del mundo, donde ya hay actividad de siembra”, explicó.

Rodríguez también apuntó a “fenómenos climáticos que estamos teniendo y que también han afectado a nuestros vecinos en algunos rubros, incluyendo trigo, y eso hace que efectivamente tengamos una preocupación por estos shocks de oferta de granos a nivel mundial, y hay que prepararse para aquello”.

No obstante, el seremi subrayó que hay un escenario de buenos precios para el trigo, lo que afecta a los consumidores, pero representa un incentivo a sembrar. “El alto precio del trigo, lo que hace efectivamente es que los agricultores no piensen sembrar menos; es un atractivo para poder, al menos, mantener la siembra. Por lo menos, en Chile no tenemos un problema climático muy distinto al de años anteriores, lo que podríamos tener es que mejore la productividad”.

Respecto a una eventual caída en los rendimientos debido a la posible reducción en la aplicación de fertilizantes, César Rodríguez explicó que tradicionalmente, los agricultores tienden a aplicar más de lo necesario, por lo que ahora se estaría produciendo un ajuste, por lo que no debiera observarse un menor rendimiento. “Esperamos que el alto precio del trigo también sea un incentivo para mantener o no disminuir mucho el uso de fertilizantes químicos y mantener los rendimientos”.

Si bien declinó pronosticar cifras, mencionó que en el programa de incentivo para el uso de semilla certificada, enfocado en la agricultura familiar campesina que siembra comercialmente trigo, los beneficiarios han mantenido su superficie esta temporada.

Acceso a financiamiento

El programa “Siembra por Chile” estableció un subsidio de $200 mil por hectárea (con tope de 5 hectáreas) focalizado en pequeños productores usuarios de Indap.

Esta ayuda, según el seremi, “es bastante impactante en la agricultura familiar campesina, puesto que tenemos una alta demanda. En nuestra región, este programa considera alrededor de $3 mil millones, y hasta este momento tenemos una altísima demanda, por lo tanto, esperamos que eso permita justamente mantener sus expectativas de actividad agrícola y no disminuirla”.

Sin embargo, acotó el presidente de los agricultores de Ñuble, producir una hectárea de trigo cuesta más de $1,5 millón, pudiendo acercarse fácilmente a $1,8 millón.

“El agricultor que tiene financiamiento es muy probable que siembre lo mismo que el año pasado, e incluso, que suba la superficie; pero hay muchos productores que además del trigo, en sus campos tienen frutales, como arándanos o cerezas, que les fue pésimo en la reciente temporada, lo que les dejó un hoyo financiero no menor, y no sé si tengan los recursos para sembrar trigo, donde las opciones son dejar el potrero sin sembrar, siembra la mitad o le aplica la mitad de los fertilizantes, y eso llevará a que baje la producción”, manifestó González.

“El agricultor está complicado, las tasas de interés de los bancos han subido bastante, los bancos están pidiendo más garantías, y los recursos del subsidio “Siembra por Chile” todavía no han sido asignados, los productores de menor superficie están pidiendo los recursos, pero aún no están disponibles, en circunstancias que ya tienen listas sus siembras de invierno. Además, creo que fue un error focalizar ese incentivo solo en un grupo, dejando de lado a los medianos y a los grandes, en circunstancias que los agricultores de menor tamaño producen entre el 5% y el 7% del trigo”, opinó el dirigente.

González fustigó el trato discriminatorio hacia los medianos agricultores, “que les pasa lo mismo que a la clase media en Chile, porque los beneficios se los llevan los pequeños, y los grandes no tienen problemas”.

El líder gremial hizo hincapié en la falta de financiamiento como un elemento clave, pues si bien se esperaría un aumento de la superficie para aprovechar los mejores precios del trigo, en la práctica, “el agricultor no tiene plata y no tiene acceso a un crédito a tasas convenientes que consideren los ciclos productivos”.

Precisamente, el Ministerio de Agricultura suscribió un convenio con BancoEstado en abril pasado, con el objetivo de ofrecer “créditos blandos” a productores de granos (trigo, maíz, arroz y avena) esta temporada, en el marco del programa “Siembra por Chile”. El crédito ofrece un máximo de 5.000 UF ($160 millones) a empresas con ventas anuales de hasta 25.000 UF y permite financiar capital de trabajo e inversiones para productores de hasta 220 hectáreas, asimismo, cuenta con garantía Fogape, una tasa preferencial de 0,99% en pesos y un plazo de 12 a 18 meses.

El seremi detalló que esta línea crediticia termina a fines de julio y comentó que en BancoEstado están bastante conformes con los resultados en Ñuble, cuya cartera considera un gran número de medianos, aunque no entregó cifras.

Ayuda insuficiente

Desde la vereda política, el diputado Frank Sauerbaum (RN) cuestionó al ministro de la cartera, Esteban Valenzuela, quien descartó una caída del 20% en la producción nacional advertida por los gremios.

El parlamentario sostuvo que la autoridad está “desinformada o simplemente desconoce la realidad que enfrentan los productores en el país”.

En la misma línea señaló que los productores han alertado esta situación desde hace meses, primero con “la inseguridad en la zona de La Araucanía, la sequía en el centro sur y luego con la fuerte alza que han registrado los insumos y combustibles necesarios para la producción”.

“El ministro desmiente a los gremios agrícolas que plantean que la producción disminuirá en un 20% y lo califica de cifras alarmantes”, dijo.

Añadió que “el programa Siembra por Chile entrega un aporte de 200 mil pesos por hectárea, pero producir una hectárea de trigo cuesta entre un millón 600 y un millón 800 mil pesos, por lo que este no es un aporte real y es un chiste de mal gusto para nuestros agricultores”.

“Le hemos pedido que tome medidas de ayuda directa para fomentar la producción interna, porque no queremos quedarnos sin pan mañana producto de la restricción que nos impondrán los países que nos venden granos”, agregó.

En este sentido, emplazó al titular del Minagri “a salir a terreno y no esperar informes”. “Ministro, salga a terreno, vea lo que está ocurriendo y se dará cuenta que los pequeños y medianos agricultores no producirán lo que hacían habitualmente en el sur por la inseguridad, y en otras regiones, porque el Gobierno no ha apoyado como se debería”, declaró el parlamentario.

Asimismo, coincidió con Carlos González en que “los recursos anunciados para Ñuble no se han entregado a los usuarios de Indap”, y reiteró que “son absolutamente insuficientes para los pequeños agricultores, y los medianos agricultores ni quisiera fueron considerados en un plan de créditos blandos o renegociación de deudas”.

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