La pandemia de Covid-19 ha obligado a muchos a modificar sus hábitos, privilegiando canales online para sostener reuniones, comprar, estudiar y por supuesto, para trabajar y hacer negocios. Sin embargo, esta crisis también ha puesto en evidencia las amplias brechas sociales, económicas y geográfica, y que se pueden observar en aspectos como el acceso a la salud, a la educación y a internet.
Según el estudio de la Fundación País Digital “Brecha en el uso de internet: desigualdad digital en el 2020” -proyección a partir del Censo 2017 y las encuestas Casen 2013, 2015 y 2017-, un 80% de la población chilena mayor de 5 años es usuario de internet, pero la brecha queda de manifiesto cuando se observa que en la población urbana la penetración es de 81,0%, mientras que en el mundo rural promedia un 57,9%.
Peor aún: si se compara por regiones, Ñuble figura en último lugar, con un 64,8%, muy lejos del promedio nacional de 80,0% y de otras regiones con alta ruralidad, como La Araucanía (75,6%) y Maule (74,8%). Y qué decir de la Región Metropolitana, que ostenta un 87,5%.
Entre los principales factores que explican esta diferencia entre la realidad urbana y la rural destacan la baja conectividad digital, la edad y el nivel educacional, siendo el primero por lejos el más gravitante.
Desde el mundo rural de Ñuble el diagnóstico es conocido hace mucho tiempo: alejarse más de 10 kilómetros de la zona urbana de Chillán significa perder cobertura -a menos que se transite por la Ruta 5-, lo que además de profundizar las grandes inequidades que enfrenta la gente del campo, es un desincentivo a la inversión y disminuye la competitividad de los agricultores, quienes por estar “desconectados” pueden perder oportunidades de hacer negocios, de conocer información relevante, de capacitarse o de implementar softwares en línea.
Buscando una antena
Esta realidad la conoce muy bien el empresario agrícola de El Carmen, Francisco Guajardo, quien produce y exporta castañas, y reconoce que muchas veces debe conducir hasta la antena más cercana para tener señal.
“Desde acá es imposible conectarme a un webinar (seminario online), por ejemplo. Y no es solo un problema acá en El Carmen, pasa en muchas partes. La falta de conectividad, así como la calidad de la señal, muchas veces débil o inestable, son una limitante a la competitividad, de hecho, yo planteé el tema en la mesa Comex (instancia de diálogo público-privada sobre comercio exterior de nivel regional), y esperamos que se tomen medidas, porque es demasiada la dificultad”, se lamentó Guajardo.
Añadió que “con los clientes en el extranjero, cuando quiero conversar con ellos, yo tengo que bajar a una ciudad donde tenga cobertura más o menos decente, para poder hacer videollamadas. Todos los talleres y capacitaciones, reuniones y videoconferencias, es un caos. Así que nosotros esperamos a que esté disponible la grabación, buscar un lugar con buena cobertura, y ahí verlas. Es un problema serio y siento que no se le ha tomado el peso”.
“En algunas zonas la señal es más mala que en otras, pero si quiero hacer una videollamada, en general es mala en todas partes. Dado que ubico donde están las antenas, me estaciono cerca y ahí funciona”, reveló habituado a esa limitante.
En la comuna de El Carmen, según estadísticas de la Subsecretaría de Telecomunicaciones (Subtel) actualizadas a marzo de 2020, existen 16 conexiones fijas a internet, lo que representa un 0,32% del total de viviendas en dicha comuna. Una realidad muy similar a la mayoría de las comunas de Ñuble: once de ellas no superan el 2% y solo Chillán supera el promedio nacional de 47,6%, al llegar a 57,4%. En promedio, la región de Ñuble exhibe una tasa de 26,9%.
Gajardo sentenció que “el tema de la cobertura de internet debe ser tomado en serio y que se hagan las inversiones necesarias, por ejemplo, para dar mayor robustez o para mejorar la autonomía de las antenas (…) Tenemos que avanzar en internet satelital. Hoy hay una empresa (HughesNet) que provee el servicio, pero el valor para una empresa pequeña no es muy accesible, empieza en $130 mil mensuales, es muy elevado”. En esa línea, apuntó que “el Estado podría poner un subsidio o rebajar la carga tributaria a ese tipo de comunicaciones, algo hay que hacer, porque sacar el 19% (IVA) lo haría competitivo”.
Criticó el rol de las empresas de telecomunicaciones que “por mucho tiempo se repartieron la torta sin dejar entrar a nuevos actores al mercado. Las cosas han cambiado, hoy debemos pensar colaborativamente. Para mí resulta ilógico que si existen antenas con la capacidad de colocar señales en diferentes anchos de banda de diferentes empresas, éstas no sean compartidas, pudiendo aprovechar las economías de escala”.
Por otro lado, reconoció que el roaming nacional ha sido un paso importante. “Funciona bien y lo agradezco, hace cuatro años que vengo alegando. Pero, ¿a qué velocidad?, ¿con qué ancho de banda? Eso no se normó, entonces es lo mismo. Si la norma exigiera más, se harían los ajustes técnicos”, expuso Gajardo.
El Roaming Automático Nacional -vigente desde junio de 2020- establece la obligación a las empresas de telecomunicaciones de permitir el uso de sus redes de manera de ampliar la conectividad de miles de ciudadanos que hoy habitan en zonas aisladas y/o rurales.
Según planteó el productor de castañas, “se podrían ocupar muchas escuelas rurales para instalar antenas, lo que reduciría notablemente los costos y la burocracia, así el Estado sería garante del espacio donde se ubican”.
Tema prioritario
En opinión de Alfredo Wahling, presidente de la Asociación de Agricultores de Ñuble, la conectividad digital es una demanda crítica de la región, particularmente en las zonas rurales, el corazón de la actividad agrícola. “Es una necesidad importantísima para el mundo rural, y si bien se han instalado algunas antenas, no es suficiente”, dijo.
“Esto afecta a los negocios, por ejemplo, conectarse para requerir información, comprar insumos, en muchas partes no se puede hacer. Para cumplir con las guías de despacho, con la facturación. En el campo, muchas veces los agricultores tienen que venir a Chillán para hacer un trámite que se podría hacer desde el computador, indudablemente eso es un trastorno. Precisamente por eso pedimos postergar hasta diciembre la guía de despacho electrónica, porque el cambio de régimen tributario exige todo electrónico, lo que es una tremenda dificultad en el campo. Menos mal que se logró al final, pero con mucha presión”, comentó.
El dirigente reafirmó que constituye un freno a la competitividad de las empresas, haciendo hincapié en que las más afectadas son las pequeñas.
“En cuanto a la búsqueda de potenciales compradores y la gestión de negocios en general, internet es una herramienta fundamental. Ya sea para cotizaciones, para vender, el uso del correo electrónico, hoy es imposible pensar en hacer negocios sin el correo electrónico, obviamente que falta un mayor conocimiento a nivel de pequeños agricultores, pero cada vez se está masificando más y ahora con la obligatoriedad, muchos tuvieron que meterse a este tema”, indicó Wahling.
El agricultor argumentó que “sin internet, dejo de hacer negocios o hago negocios en desventaja, con menos conocimiento y en peores condiciones, en desventaja respecto de otros empresarios que sí lo tienen”.
Recordó que “este tema siempre lo hemos planteado ante las autoridades, al mismo intendente y a nivel nacional junto a otros gremios. Algo se ha hecho, pero todavía falta. Creo que para el Gobierno ahora este tema es una prioridad, impulsado por los efectos de la pandemia”. En esa línea, señaló que “hay que avanzar para no quedar atrás, es fundamental que el Estado persista en sus esfuerzos por aumentar la conectividad en las zonas rurales”.
Política pública
Consciente de esta brecha, el senador Felipe Harboe ha insistido en la necesidad de aumentar la conectividad digital en la región. “Estoy pidiéndole al Gobierno del Presidente Sebastián Piñera que implemente en la región de Ñuble un sistema de conexión masiva a internet”, señaló a través de un oficio enviado a la ministra de Transportes y Telecomunicaciones, Gloria Hutt, el pasado 25 de agosto.
En el escrito, el parlamentario solicitó que se considere a Ñuble en el proceso licitatorio de la tecnología 5G, con un alto número de antenas, en especial en el Valle del Itata, “para disminuir la enorme brecha digital que existe en el territorio y suplir la baja conectividad 3G y 4G en amplios sectores tanto urbano como rurales de la región”.
En la misma línea, estableció que “necesitamos que las diferentes comunas de Ñuble tengan la conectividad para poder estudiar o trabajar. Ñuble no puede ser la región con menos conectividad del país, tenemos que mejorar la conexión para dar un salto al desarrollo”, aseveró.
El despliegue de la futura red 5G en el país impulsará una inversión de unos US$3.000 millones en infraestructura en los próximos cinco años y va a requerir duplicar la cantidad de antenas: desde las 30 mil existentes hasta 60 mil.
Superar la brecha
La seremi de Transporte y Telecomunicaciones, Bárbara Kopplin, subrayó que “durante este Gobierno, estamos trabajando en proyectos que permitan disminuir la brecha digital que existe en el país y sobre todo, en zonas más aisladas. En Ñuble, al ser una región con más de un 30% de ruralidad, sabemos que existen zonas con baja o nula conectividad”.
En esa línea, detalló que “hemos trabajado desarrollando las etapas de los proyectos Conectividad para la Educación 2030, Wifi ChileGob 2.0, Roaming Automático Nacional y Fibra Óptica Nacional. Nuestro compromiso es conectar digitalmente a Chile y estos, son pasos importantes en ese sentido. Hoy, debido a la crisis sanitaria, ha quedado en evidencia la relevancia de las redes y su implicancia en mejorar la calidad de vida de las personas como también del sistema productivo”.
La autoridad destacó el proyecto Fibra Óptica Nacional (FON) que desplegará esta infraestructura en 16 comunas de la región, mejorando la conectividad de los habitantes de El Carmen, Pemuco, Pinto, Quillón, San Ignacio, Yungay, Quirihue, Cobquecura, Coelemu, Ninhue, Portezuelo, Ránquil, Trehuaco, Coihueco, San Fabián y San Nicolás, y precisó que “la inversión estimada de esta iniciativa será de más de $5 mil millones y contempla más de 454 kilómetros de fibra óptica. De esta forma, la entrada en operación se estima para el año 2022”.
Kopplin también se refirió al proyecto WiFi ChileGob 2.0, “que tiene por objeto implementar 31 zonas WiFi nuevas, distribuidas a lo largo de la región. Esto, mediante un llamado a concurso, donde Ñuble se encuentra en el segundo periodo de postulación, y se espera que su adjudicación sea en mayo del año 2021, para su futura implementación, en dos etapas, en marzo y octubre del 2022, respectivamente”.