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Señor Director:
El personal de salud es el pilar fundamental de nuestro sistema sanitario. Sin su esfuerzo y dedicación, sería imposible brindar las prestaciones que miles de personas necesitan cada día, afectando directamente la calidad de la atención y, por ende, al usuario final. Sin embargo, en los últimos tiempos, hemos visto un alarmante aumento en las agresiones contra estos profesionales a nivel país.
Este fenómeno parece estar motivado por la frustración de los pacientes, cuyas expectativas contrastan con una realidad marcada por la precarización del sistema de salud. La falta de recursos económicos, humanos y tecnológicos genera largas esperas y problemas en la calidad de la atención, lo que desencadena la ira de algunos usuarios. En especial, el personal de los servicios de urgencia suele ser el más afectado, ya que además deben atender a personas involucradas en delitos de alto impacto social (ya sean víctimas o victimarios), lo que exige mayores recursos y personal especializado.
Por otro lado, existen situaciones que probablemente son desconocidas para el público en general, como los delitos que ocurren dentro de los hospitales, tales como robos entre pacientes o hacia el personal, tráfico de drogas entre pacientes, acoso y abuso sexual hacia los funcionarios, entre otros. Además, han aumentado los robos a funcionarios a la entrada y salida de los centros de salud, como portonazos y otros delitos, dejando a los trabajadores expuestos y sin una protección adecuada.
Esta serie de agresiones ha minado la vocación de muchos funcionarios de salud, quienes ven peligrar su integridad física y mental y se cuestionan si vale la pena continuar en un entorno tan hostil. En diversos centros de salud a nivel nacional, los trabajadores piden a gritos medidas de seguridad, no solo para ellos, sino también para los usuarios que buscan atención en estos espacios.
Todos queremos trabajar en un ambiente seguro y tranquilo, donde podamos desempeñar nuestras labores de la mejor manera posible. Sin embargo, cuando el riesgo es tan alto, la decisión de seguir en el servicio público se vuelve cada vez menos atractiva.
Cuidemos a quienes nos cuidan. Solo así podremos construir un sistema de salud que funcione para todos.
Jaime Barraza
Urgenciologo