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Rusia perdió 36.810 soldados, entre muertos y heridos, en agosto, lo que lo convierte en el segundo mes más mortífero para sus tropas en Ucrania desde el inicio de la invasión hace dos años y medio, según los datos publicados por el Estado Mayor del Ejército ucraniano.
Rusia ha estado perdiendo más de 35.000 soldados cada mes desde el inicio de su ofensiva en la región de Járkov (este) en mayo, que ha sido el mes más costoso para sus tropas, con casi 39.000 bajas en ese mes.
Sus bajas en el campo de batalla se deben en parte a su táctica, basada en constantes asaltos de infantería en Donetsk (este), donde se apoya en su superioridad numérica para intentar maximizar sus ganancias territoriales, según explicaron a EFE analistas militares y uniformados ucranianos.
En total, Rusia ya ha perdido más de 616.000 soldados, muertos o heridos, en Ucrania, según estimaciones de Kiev. La esperanza en Ucrania, que hasta ahora no se ha cumplido, es que las elevadas pérdidas puedan acabar reduciendo el apoyo a la guerra en Rusia.
En julio, la investigación de los medios de comunicación rusos de oposición Meduza y Mediazona informaron de que hasta entonces habían muerto alrededor de 120.000 soldados rusos, cifra que se corresponde aproximadamente con las estimaciones ucranianas, ya que por cada militar muerto hay varios heridos.