Tanto autoridades como actores privados de la región de Ñuble y de la provincia de Neuquén, que participaron en el encuentro binacional realizado la semana pasada, coincidieron en que un factor clave para una real integración es tener rutas aéreas que nos conecten. De hecho, fue la principal conclusión de una mesa de trabajo que estuvo integrada por obras públicas y representantes del comercio, agricultura y turismo de ambos países: “Ñuble debe tener un aeropuerto capaz de satisfacer el tráfico que requiere el turismo, las exportaciones e importaciones, además de generar un flujo de negociaciones acorde a lo que se proyecta tras la apertura del paso fronterizo Minas-Ñuble y los acuerdos estratégicos entre las regiones y provincias asociadas a este diálogo binacional.”
Neuquén es una provincia 8 veces más grande que Ñuble y tiene tres aeropuertos: Chos Malal, solo para vuelos nacionales y Neuquén y San Martín de Los Andes, que operan con vuelos nacionales e internacionales. Este es el estándar de conectividad aérea al que debe aspirar Ñuble, si efectivamente quiere tomarse en serio el tema de la integración con Argentina y las interesantes proyecciones que se abren no solo para el transporte de pasajeros, sino que también para la carga, que eventualmente podría ser exportada directamente desde la capital regional.
Es por ello que el próximo desafío es ampliar la pista, desde los 1.700 metros de longitud que tiene actualmente, hasta los 2.300, iniciativa que representaría una inversión cercana a los 12 mil millones de pesos y que dejó de ser prioridad para el MOP en la anterior administración, debido a reorientaciones presupuestarias por la pandemia. Lamentablemente, la crisis del covid-19 le quitó continuidad a un trabajo que venía de anteriores administraciones que dotaron al aeródromo Bernardo O’Higgins de una torre de control y de una sala de embarque para pasajeros, entre otros adelantos. La brecha es grande, y por lo mismo, se necesita con urgencia un diagnóstico y un plan de inversiones que permitan identificar con certeza las mejoras que se necesitan para poder recibir vuelos comerciales.
Y es que si bien nadie duda en que tener un aeropuerto sería una contribución al desarrollo de la ciudad y de la región, será difícil que dicho desafío se aborde en la medida que el terminal siga siendo subutilizado. Por ello, se requiere un esfuerzo común, de toda la región, lo que incluye a potenciales usuarios, empresas, autoridades de Gobierno y parlamentarios, para que no solo se concrete la ampliación de la pista y se realicen otras mejoras, sino también para incentivar su uso y éste sea rentable y se mantenga en el tiempo.
El sector exportador, en tanto, también puede hacer su aporte, apostando por el desarrollo de una plataforma logística en la zona para el embarque de productos alimentarios entre el Maule y Los Lagos, e incluso de zonas más australes.
Se trata de una visión que está plasmada en la estrategia regional de desarrollo y por lo mismo debe traducirse como un mandato para las autoridades regionales, en cuanto a gestionar las inversiones y generar los incentivos necesarios para potenciar al terminal aéreo como un centro de servicios internacional, que puede ser decisivo para el fomento del turismo regional y para mejorar la competitividad de la industria alimentaria de Ñuble