Dos puntos flexibles pareciera haber encontrado la nueva cuarentena que se decretó para Chillán y Chillán Viejo, y que mañana llega a su cuarto día.
El primero tiene que ver con la autorización especial que -finalmente- se otorgó para organizadores y usuarios de algunos comedores sociales que llevan funcionando en Chillán por cera de cinco meses, con el fin de proveer de almuerzos de lunes a viernes para aquellas familias que, tras haber perdido sus fuentes de ingreso a causa de la pandemia, no tienen los recursos para alimentarse de manera independiente.
Y el segundo, es una suerte de “vista gorda” para quienes están acudiendo a servicios de salud sin sus permisos para circular gestionados en la página de la Comisaría Virtual, aunque en este caso, la persona fiscalizada debe demostrar que se trata de un caso que no podía posponerse.
En ambas situaciones, el fundamento de fondo es el mismo, la superposición de un derecho superior de toda persona: alimentación y salud.
En un comienzo, sin embargo, la asistencia de personas a los centros de salud, sin los permisos requeridos, fue alertado como una falta en la que muchos caían por desconocimiento del alcance de la restricción.
Y fue el propio general Mario Sepúlveda, jefe de la Octava Zona de Carabineros Ñuble, quien alertaba que “las jornadas de cuarentena total para la intercomuna Chillán y Chillán Viejo se han desarrollado hasta la hora con normalidad y sin incidentes, sin embargo, nos preocupa que un gran número de personas salga de su hogar, especialmente para acudir a centros de salud, sin el permiso respectivo, incumpliendo de esta manera una disposición sanitaria que conlleva una detención”.
Por lo tanto, la forma de contrarrestar ese fenómeno era que con“el despliegue dinámico de los servicios de contingencia en la zona urbana que permanece en cuarentena, hemos realizado también una labor educativa, asesorando en la solicitud de estos permisos y respecto al uso de las plataformas web para realizar los trámites personales”, apuntó el general Segura.
Sin embargo, ya para el día de hoy, el jefe de Defensa de Ñuble, general de Ejército, Rubén Segura, ante esta situación, estableció que los fiscalizadores deberán ponderar en qué casos permitir que el usuario continúe con la diligencia, y en qué casos detener. “Eso se soluciona solo con criterio”, advirtió.
Y añadió que “hay muchas personas que han solicitado sus permisos con mucha anticipación y por algún problema médico que realmente lo requiere, pero en estas circunstancias se va evaluando el caso de cada una de estas personas, se va moderando el criterio, porque las personas que concurren a los centros de salud, evidentemente es por una necesidad, y en eso hemos tenido un grado de flexibilidad”.
Tras insistir en que ante circunstancias que no ameriten la asistencia urgente al centro de salud, se cursarán las infracciones correspondientes, aclaró que “hasta el momento no lo hemos considerado necesario”.
Por último, el doctor Max Besser, subdirector de la Red Asistencial de Salud, advirtió que estas entidades “no pueden negarse a atender a personas que lleguen sin los permisos, puesto que no tenemos las facultades para fiscalizar el cumplimiento de esa ley”.
Seguirán repartiendo
Luego que quedara en evidencia que había dos posturas disímiles entre la Municipalidad de Chillán y la Intendencia, respecto al funcionamiento de los comedores sociales, el intendente, Martín Arrau, decidió mantener la autorización para que los comedores sociales siguiesen funcionando.
Sin embargo, algunos, por orden municipal, ya habían comenzado a repartir los alimentos no perecibles a los usuarios. “Por esta razón se dejó que cada una de las juntas vecinales que estaban organizando estos comedores decidiera si seguir cocinando o repartir los alimentos. En los casos de personas que aún van a buscar sus almuerzos, se dispuso de permisos especiales”, explicó Alan Ibáñez, coordinador regional de Seguridad Pública.