Actividad volcánica
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El Servicio Nacional de Geología y Minería (Sernageomin) decidió aumentar a cinco kilómetros la zona de eventual impacto explosivo, en caso de erupción del volcán Nevados de Chillán. “Estamos reportando un nuevo cambio de actividad en la dinámica interna del volcán, aún no energética, pero sí nueva, que puede conllevar a cambios más explosivos y recurrentes de los observados hasta hoy”, fue la conclusión de Jonathan Lazo, sismólogo del Observatorio Volcanológico de Los Andes del Sur.
El reporte de Sernageomin establece que la zona de potencial impacto se encuentra al noreste y suroeste del macizo, y eventualmente prolongar su impacto por los valles que drenan hacia el norte y noreste desde el cráter activo. Y precisa: “en su desarrollo, este proceso podría generar un evento eruptivo mayor sin mostrar señales precursoras claras, cuyos productos más destructivos (flujos piroclásticos) podrían viajar a altas velocidades, siendo necesaria una respuesta rápida de las personas en las zonas afectadas hacia los sitios determinados de menor amenaza”.
Resulta clave, entonces, reforzar el trabajo con los operadores turísticos de la zona, tanto para que los esquiadores respeten el radio de exclusión, como para que residentes y visitantes conozcan cuáles son las vías de evacuación, y qué es lo que tienen que hacer en caso de que se desate una emergencia.
En este tema, el rol de la información es clave, pero no aquella que circula a través de redes sociales sin más sustento que la percepción subjetiva del observador, sino aquella que emana de las entidades técnicas respectivas, y que es transmitida por autoridades y por medios de comunicación formales, con responsabilidad.
Hoy la información científica es más abundante y más accesible que hace un par de años, gracias a la instalación de equipos de monitoreo y al trabajo de profesionales idóneos en materia de procesamiento e interpretación de dichos datos. Precisamente, especialistas en volcanología física y en desastres naturales consultados por LA DISCUSIÓN, coinciden en que la idea de propiciar un flujo cada vez mayor de información científica es, precisamente, para favorecer una acertada toma de decisiones, y subrayan que siempre debe primar lo técnico por sobre consideraciones económicas o de otra índole.
Lo ocurrido con las inundaciones en la zona costera de la Provincia de Concepción tras el terremoto de 2010, es un ejemplo claro de las nefastas consecuencias de no considerar los mapas de riesgo y bajarle el perfil a las alertas de vulnerabilidad que hizo el periodismo.
En todo caso, la situación del volcán Chillán es distinta, pues las características del fenómeno y la red que lo monitorea favorecen la detección anticipada de situaciones críticas y una adecuada coordinación de los organismos públicos.
Sin embargo, como ocurre en general con las instituciones y sistemas encargados de responder ante un desastre natural en los distintos niveles de la administración pública, un problema frecuente es el marcado protagonismo que en esos casos adquiere la autoridad política, que es importante en cuanto aporta cercanía a las decisiones que se adoptan, pero que no es conveniente trasladar a la gestión y control de un ámbito que no es de su especialidad.