La entrada en vigencia del nuevo Plan Regulador Intercomunal (Prich) para Chillán y Chillán Viejo generó satisfacción entre los defensores del Parque Lantaño, ya que el documento lo reconoce como un área verde, lo que es interpretado como un primer paso en su protección.
Una necesidad compartida entre quienes valoran aquel pulmón verde, que hace poco más de dos años sufrió un incendio que afectó, en distintas intensidades, el 75% de la superficie del bosque, incluido el humedal.
La denominación del espacio en el instrumento de planificación urbana en febrero pasado era esperada con ansias por grupos ambientalistas, ya que bajo esa condición de área verde se limita el uso de la propiedad para lo que fue denominado. Es decir, pueden haber construcciones, pero complementarias al paisaje y no para otros fines, como por ejemplo; habitacional o industrial.
“Implica que el bosque, independiente de su situación jurídica, o sea, de que se expropie, de que se venda, de que se permute, de lo que sea, el bosque no se toca. Siendo área verde, no se puede construir en él, no se puede destinar el cambio de uso de suelo para nada. (…) Por eso es que ya el 14 de febrero nosotros pudimos respirar por fin, en definitiva, claro, se logró el primer objetivo que era que se protegiera, ahora viene el segundo, que se adquiera”, explica el abogado y vocero del movimiento Parque Lantaño, Miguel Ángel Calderón.
En la actualidad el predio de 18 hectáreas, siendo cuatro de bosque, continúa en manos de un privado, de quien ahora se desconoce un interés por vender, sin embargo, en el pasado si tuvo la intención cuando ofreció el terreno sin llegar a concretarse un acuerdo comercial. Como reacción, se conformó el movimiento antes mencionado, que ha perseverado desde 2017 en el objetivo de concientizar sobre su biodiversidad y velar por su protección, con miras a transformar esa área en un bien para la comunidad. Para ello han sostenido diversos encuentros con las autoridades locales buscando los respaldos para en un futuro concretar una eventual adquisición.
A su juicio hay al menos ocho formas de lograr ese cometido, desde una compraventa hasta mediante una declaración de reserva nacional o la constitución de derecho real de conservación ambiental. Sin embargo, la más realista desde su mirada es la expropiación.
“Porque el dueño no quiere nada, no quiere ni dialogar con la autoridad, de ningún color político. Él quiere morir y dejárselo a sus hijas. Esa es la voluntad de él. Ahora más que nunca es súper factible (una expropiación) porque está en el fundamento jurídico basal para la utilidad pública que yo hablaba, porque ya fue declarado área verde. Si fue declarado área verde no se puede intervenir y por lo tanto ya se puede expropiar a menor precio. Además, porque le baja el precio de mercado a otra cosa, cuando se declara área verde. Si bien tiene mucho valor por la masa arbórea, no tiene valor de mercado inmobiliario”, expone.
Desde la mirada del profesional los motivos que justifican una adquisición de ese tipo, son diversos y ampliamente conocidos. El déficit de áreas verdes en la ciudad como la necesidad de responder a los lineamientos del Plan de Descontaminación y al programa de Parques Urbanos del Ministerio de Vivienda, son factores que se inclinan a favor de disponer de nuevos pulmones verdes para la ciudad.
“Estamos apostando, ahora, en corto plazo al gobierno central, a través de la Seremi de Vivienda, porque es el organismo que tiene más idoneidad técnica para echar a andar el proceso de expropiación, porque el GORE las tiene igual, pero es un organismo muy disperso para hacerlo, tiene mucho fundamento jurídico-social. En cambio, el Minvu, tiene una estrategia nacional de parques urbanos, que es una normativa administrativa, no es una ley en realidad. Entonces, ahí es donde está la clave, porque ese plan obliga a los gobiernos locales, de aquí a ciertos años, que todas las capitales regionales tengan el mínimo de área verde que recomienda la ONU y la OMS”, apunta.
Antes y después tras incendio
Como es sabido el espacio se ha caracterizado por su biodiversidad, ya que posee un bosque centenario caducifolio y esclerófilo, un santuario de aves, diversidad de hongos, un humedal y dos anfibios como el sapito de antifaz y la rana chilena. Sin embargo, en enero de 2022, el espacio sufrió un incendio que consumió el 75% del bosque, coincidentemente la zona de mayor interés, que incluía árboles nativos centenarios.
Pese al daño ambiental, a finales de 2023 el bosque dio señales de su resiliencia, dando sus primeras señales de su renacer tras las cenizas y en el presente también ha arrojado algunos resultados positivos.
“La fauna en realidad se mantiene. El santuario de Aves se ha mantenido, pese al incendio, y el reino fungi. En rigor, la fauna anfibia ha costado un poquito tomar la identificación. Yo al menos la rana chilena la he escuchado, porque el sapito de antifaz es silencioso”, comenta Calderón.
El ingeniero en recursos naturales y miembro de la ONG Ambiente Sostenible, Jorge Concha, ha realizado estudios de campo, antes y después del siniestro. La última vez que analizó el bosque fue en octubre de 2023. Para el profesional el espacio es un “elefante blanco” que requiere mantención tras el incendio, por el peligro que significan algunos árboles quemados.
“Hay un aumento de biomasa. Hay vida dentro del parque. Todo lo que en algún momento fue ceniza, ahora está lleno de verde, pero la composición de las especies que están creciendo ahora son todas exóticas invasoras. Está el aromo, que más está brotando y la zarzamora. Entonces, se han cerrado senderos, se han abierto otros, pero en torno a árboles grandes que sufrieron daño con el incendio, no han tenido recuperación. Hay dos eucaliptus globulus que están completamente muertos y miden 45 metros de altura, por lo que yo considero que generan un riesgo tal, lo vuelve completamente insostenible intentar hacer algo dentro sin que no haya un manejo fitosanitario”, detalla.
“Sí hay más biodiversidad o se mantiene. Este 25% que no se quemó, se mantiene exactamente igual a como estaba antes. Donde se quemó hay rebrote, hay nuevas especies, pájaros, han salido nuevos hongos, pero el tema del riesgo de los árboles que pueden caer, yo lo considero que es lo más grave actualmente y que lo vuelve una zona de riesgo. No así la parte biológica, que sigue habiendo vida, sigue siendo un lugar de estudio, de visitas”, añadió.
Una de las intenciones de los ambientalistas ha sido proteger el humedal. Sin embargo, sostienen que esos esfuerzos se han visto truncados, ya que, según sostienen, esa parte del parque no se encuentra dentro de los límites urbanos en la planificación de los instrumentos.
“El humedal para ser declarado humedal urbano debe estar dentro del radio urbano y está a 200 metros. Por lo tanto, no puede ser declarado humedal urbano porque está en la zona rural. Nosotros igual presentamos el expediente de la declaratoria tanto al consejo de Monumentos como a través del municipio con Zarzar, y obviamente el Ministerio de Medio Ambiente lo rechazó porque no está dentro del radio urbano”, dice el líder del Movimiento de Parque Lantaño.
En ese sentido, Jorge Concha sostiene que sería pertinente evaluar que el futuro Plan Regulador Comunal (PCR) de Chillán puede plantearse el Parque de Lantaño desde la perspectiva de reforzar la protección, en particular, su humedal.
“Ahora en la nueva propuesta del Plan Regulador Comunal debería considerar una extensión urbana del paño del Parque, eso haría cumplir cierta normativa para declaratoria del humedal, porque hasta el momento éste está en una zona rural y esa es la limitación para cualquier tipo de acción ya sea desde la municipalidad para declararlo como humedal urbano o entre otras categorías”, dice.
–¿Hay interés por adquirir el parque?
Los defensores de Parque Lantaño sostendrán un encuentro con personeros de la Seremi de Vivienda y Urbanismo el próximo 4 de Abril.
Desde esa cartera informan que la incorporación del Parque Lantaño como área verde en el Prich “no consiste en un área de protección propiamente tal, pero sí es evidente la decisión de planificación que busca el resguardo de sus atributos ambientales y ecológicos, desde el momento que los proyectos de construcción son sólo en un 20% del predio y para fines complementarios al área verde, a saber: equipamientos Científico, Culto y Cultura, Deporte y Esparcimiento y que estos sean, primero, autorizados por esta repartición”.
Los defensores del parque aspiran que el Gobierno pueda expropiar el parque. Consultada la cartera regional del Minvu sobre su intención de poner en marcha ese proceso, se limitaron a responder que por normativa no tienen la obligación de hacerlo.
“Un área verde, regulada por el artículo 2.1.31. de la OGUC, no constituye una afectación a utilidad pública que contraiga una obligación de expropiar por parte de algún órgano del Estado, a diferencia de los Parques de Nivel Intercomunal (PI) que se establecen en el PRICH, se aclara que la AVI4 (Parque Lantaño) no es ese caso. Esto último no obsta a que los actuales propietarios o quienes tengan intención de adquirirlo, ejecuten un proyecto de las características antes dichas y lo disponga para el uso de la comunidad, ya sea con acceso gratuito o no, si así quisiese”.
“Toda área verde es importante, pero es competencia de las autoridades comunales y de las comunidades locales el darle destino, el Ministerio de Vivienda y Urbanismo solo se puede pronunciar de acuerdo a la norma que define este lugar como un área verde de nivel intercomunal”, expusieron.
Postura del municipio
Desde la municipalidad, a través de Secretaría Comunal de Planificación (Secpla), respondieron que han mantenido una posición de defender el parque. El hecho de que figure en el Prich, es resultado de una solicitud que se realizó a la Seremi.
“Efectivamente, considerando el interés nuestro y de la comunidad en preservar el Parque Lantaño como un parque histórico – ecológico, la municipalidad solicitó a la Seremi de Vivienda del Biobío que estuviese considerado en el Prich, lo cual fue acogido, permitiendo redirigir sus usos futuros, fue una etapa y ahora corresponde gestionar que este bien privado, tenga un uso público, el cual es un desafío que va más allá de los esfuerzos del municipio. Por la distancia a la ciudad, es un parque periurbano, como el Parque Aeródromo, siendo iniciativas de inversión de mediano plazo, encontrándonos actualmente en el desarrollo de parques más cerca de la comunidad”, explicaron.
Conscientes de la demanda ciudadana de resguardar este espacio y sobre la posibilidad de adquirir este bien para la comunidad, señalaron que “Se han analizado alternativas de intervención, en cooperación con la comunidad antes del lamentable incendio de gran parte del parque, se ejecutó un presupuesto bien exhaustivo, y existió intención de los propietarios de vender, pero no hubo avances al respecto. Se ha solicitado que se reinicien las evaluaciones para efecto de ver la modalidad más óptima para recuperar este parque histórico”.