El próximo martes 29 de junio se cumplirán 10 años desde que la Unesco declarara como zona protegida la vasta zona de Nevados de Chillán-Laguna del Laja, que abarca 572.000 hectáreas con ocho comunas de Ñuble y Biobío, donde se encuentran especies vegetales y animales endémicas, como el huemul, en un marco de gran belleza escénica y con escenarios naturales que deben ser preservados.
También, es una zona plagada de amenazas, como son la presión inmobiliaria, la falta de planes reguladores, embalses, proyectos energéticos y numerosas inversiones privada y estatales que pueden fragmentar el área.
En la actualidad, diferentes entidades estatales, privadas y centros de estudios locales o extranjeros están desarrollando estrategias para que, a pesar de las amenazas, se logre la conservación de este sitio privilegiado a nivel regional, nacional y mundial, enclavado en gran parte de la Región de Ñuble.
Las actividades para posicionar este territorio como un sitio de interés valioso, han sido encabezadas por el Centro de Ciencias Ambientales EULA-Chile de la Universidad de Concepción (UDEC), que se adjudicó la ejecución del instrumento de planificación que tiene como propósito promover el desarrollo sustentable del rico territorio, considerado como corredor biológico.
El geógrafo Pablo San Martín, destacó ante la inminencia de la efeméride, los hitos que se sucedieron para que el sitio fuera reconocido como tal por parte de organismos locales y la Unesco.
El experto recordó que durante los años 90, y durante la primera década del 2000, se consolidó la valoración del territorio andino entre los ríos Ñuble y Laja. Además, reveló como un hito gravitante la creación del Santuario de la Naturaleza y Reserva Nacional Los Huemules del Niblinto (1997), donde destacaron ONG conservacionistas como The Nature Conservancy y Codeff.
Posteriormente, tras un intenso trabajo científico técnico, se produjo la “declaración de área bajo protección oficial para efectos del Sistema de Evaluación de Impacto Ambiental (2005)”.
Finalmente, la Reserva Biósfera es postulada por el Estado de Chile a través del Gobierno Regional del Bío Bío en el año 2010 y reconocida por la Unesco como Reserva de la Biósfera el 29 de junio de 2011.
El profesional del Gobierno Regional proyecta que para cumplir con los objetivos propuestos, es preciso que haya consenso en relación a los objetivos que se perseguirán, y estar alineados con los de la Unesco.
Desarrollo sostenible
Mientras se avanzan en los trabajos definidos por organismos públicos y la UdeC, el intendente Cristóbal Jardúa enfatizó que “la Reserva de la Biósfera Corredor Biológico Nevados de Chillán-Laguna del Laja comprende un territorio que forma parte de la identidad de Ñuble, ya que incluye desde un complejo turístico reconocido internacionalmente, hasta numerosas comunidades de habitantes que ocupan toda la cordillera de la región”.
Estos 10 años de la Reserva, comentó, “permiten revisar lo que ha transcurrido y renovar el compromiso por avanzar hacia un desarrollo sostenible de manera concreta, para lo cual las instituciones regionales vinculadas a su gestión están definiendo proyectos que puedan responder a requerimientos planteados durante la elaboración del Plan de Gestión de la Reserva de la Biósfera y que tienen relación con fomento productivo, protección ambiental, educación e investigación”.
Desde el municipio de Pinto, el alcalde Manuel Guzmán pone de relieve que están comprometidos con la conmemoración de este hito, pues se trata de una iniciativa que “tiene como objetivo principal conservar especies emblemáticas de alto valor ecológico para nuestra región y país. Si bien es cierto que queda un largo camino por recorrer en materia de gestión para la conservación de nuestra biodiversidad, es imprescindible la coordinación entre los diferentes organismos públicos birregionales que formamos parte de esta Reserva, a fin de implementar adecuadamente el plan de gestión”.
En la actualidad, declaró Guzmán, si bien existe normativa ambiental que regula los proyectos de inversión sobre todo en zonas declaradas bajo protección oficial; tales como la ZOIT (Zona de Interés Turístico) Pinto y Reserva de la Biósfera, cada vez son más los proyectos que se pretenden instalar en el territorio. Frente a esto, recalcó, “es necesario que se analicen alternativas que inviten a preservar, mantener la belleza escénica y sean respetuosos con los instrumentos de planificación territorial vigentes”.
Justamente desde el área de la planificación territorial, la comuna está ejecutado el estudio del Plan Regulador de Pinto, que a través de la Evaluación Ambiental Estratégica permite incorporar criterios de sustentabilidad de manera temprana en la formulación del plan, “integrando armónicamente consideraciones para la conservación del entorno, patrimonio natural que propende al desarrollo sustentable de nuestra comuna y de la reserva”.
Plan de ordenamiento
El nuevo gobernador de Ñuble, Óscar Crisóstomo, recalcó que “el desarrollo de este sector debe estar vinculado al desarrollo del Plan de Ordenamiento Territorial Regional, que lamentablemente no ha podido ser ejecutado por el intendente y el Gobierno Regional”.
Crisóstomo agregó que “es necesario preservar el ecosistema de la Reserva, de tal manera que revisaremos la construcción de grandes embalses que pueden terminar afectando los ecosistemas y por lo tanto propondremos tranques como el Coihueco, que tienen efectos menores al ambiente en general, a comunidades y a nuestra naturaleza”.
“Las actividades que se podrán ejecutar en la Reserva deben ser analizadas y consensuadas entre las autoridades, donde la sociedad civil tenga un rol cada vez más preponderante”, resaltó Crisóstomo.
Zona vulnerable
El seremi de Medio Ambiente, Patricio Caamaño, indicó que en la actualidad se encuentra preparando un hito comunicacional donde participarán todas las entidades que son parte del desarrollo sustentable del territorio.
La autoridad reconoció la necesidad de potenciar el trabajo realizado hasta la fecha, con la finalidad de resguardar una zona que según antecedentes de la entidad que dirige, “es una de las áreas ecológicamente más vulnerables del mundo”.
Caamaño resaltó que la Reserva es una de las 25 regiones del mundo con mayor biodiversidad, pero paradójicamente, no cuenta con la suficiente protección para impedir su deterioro.
Huemules
El trabajo integral y de protección global de variedades vegetales y animales, encuentra al huemul como el símbolo quizás de mayor jerarquía por su connotación nacional (pertenece al Escudo de la Nación) para insistir en la protección de este rico territorio.
Fabiola Lara, bióloga marina y magister en Gestión Integrada de la UdeC, es la coordinadora regional de un vasto trabajo de protección ejecutado en la zona macrosur, en el marco de una unión entre el Ministerio de Medio Ambiente, la FAO y la Global Environment Facility o Fondo Mundial para el Medio Ambiente.
La experta advirtió que esta zona “es una isla biogeográfica de relevancia mundial, que se ha convertido en zona prioritaria para la conservación debido a que es uno de los puntos de mayor biodiversidad de Chile, pero también concentra la mayor parte de especies amenazadas”.
La iniciativa de Conservación de Especies Amenazadas que lidera trabaja con la última población de la especie ubicada en los Nevados de Chillan-Laguna del Laja en la cordillera andina de las regiones de Ñuble y Biobío.
Esta población, recalcó, es la que presenta mayor riesgo de extinción debido al bajo tamaño población, fragmentación del hábitat y aislamiento geográfico de más 400 kilómetros de la población más cercana hacia el sur. “Dentro de las principales amenazas para la población de Chile central del huemul se encuentran los proyectos de infraestructura y urbanización, cambio climático, presencia de perros, turismo no planificado, especies exóticas, prácticas ganaderas no sustentables entre otros”. Por lo anteriormente expuesto, y sumado a que solo el 39,3% del hábitat del huemul de Chile central se encuentra protegido, es necesario establecer un trabajo colaborativo entre organismos medioambientales y aquellos de fiscalización y fomento productivo, de manera tal que, permitan educar, articular y aplicar criterios de conservación en las prácticas ganaderas en hábitat del huemul”.