Cardenal Pell apela de nuevo tras condena por abuso sexual de menores
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El cardenal George Pell, ex número tres del Vaticano, presentó oficialmente el martes ante el Tribunal Supremo australiano su último recurso contra la condena por pederastia que pesa sobre él.
El mes pasado, el Tribunal Supremo de Victoria, al sur de Australia, desestimó su apelación contra la condena de seis años de cárcel pronunciada contra el religioso por abusos contra dos monaguillos en 1996 y 1997.
El cardenal australiano, de 78 años, fue arzobispo de Merlbourne y Sídney en los años 90 y siempre se ha declarado inocente. Es el más alto representante de la Iglesia católica condenado por pederastia y está actualmente encarcelado.
Los magistrados de más rango de Australia deberán decidir ahora si aceptan reabrir y analizar de nuevo el caso Pell. El proceso podría durar meses.
En agosto, el tribunal de Victoria había rechazado el recurso del religioso por dos votos contra uno. Y este pequeño margen es lo que ha impulsado a Pell a apelar de nuevo.
Pell, que ha participado en la elección de dos papas y ha trabajado codo con codo con el papa Francisco, fue denunciado por un exmonaguillo, hoy treintañero. La segunda presunta víctima del cardenal murió en 2014 de sobredosis y nunca denunció la agresión.
Dos de los jueces de Victoria describieron al denunciante como alguien “muy convincente”, que “claramente no miente ni inventa”. Pero el tercer juez consideró que su testimonio tenía “incoherencias” y existía “una posibilidad importante” de que Pell no hubiera cometido el crimen.
En diciembre de 2018, el cardenal fue declarado culpable de cinco cargos, entre ellos haber obligado a un niño de 13 años a realizarle una felación, en 1996, y haberse masturbado frotándose contra otro.
Los hechos se habrían producido en la sacristía de la catedral de St Patrick de Melbourne, donde dos de las víctimas se habían escondido para beber el vino de la misa.
Los abogados del cardenal aseguraron que era “físicamente imposible” que los supuestos hechos hubieran tenido lugar en una catedral repleta de gente. También cuestionaron los tiempos en que habrían ocurrido las agresiones sexuales y aseguraron que no eran factibles.