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La Municipalidad de Chillán optó por realizar un cambio en la configuración de la Fiesta de la Chilenidad que será desarrollada durante Fiestas Patrias con el fin de evitar que la Plaza de Armas se transforme en un lugar hacinado y con los evidentes problemas de movilidad registrados en otros eventos similares, como por ejemplo, durante la Fiesta de la Longaniza.
Con más de 40.000 personas deambulando permanentemente por el principal paseo cívico durante los tres días en que se celebró al embutido chillanejo, que tiene un sello de origen en la capital de Ñuble, la tasa de ocupación de la Plaza fue claramente superada.
El peligro, señalan arquitectos y urbanistas, es que someter al emblemático sitio local y núcleo urbano a tamaña cantidad de personas puede derivar en que se dañen por desgaste emblemas culturales y de gran valor histórico que están ubicados en sus casi 12.000 metros cuadrados.
Claramente se señala, el terreno no está habilitado para soportar la presión de miles de personas que llegan atraídas por las delicias culinarias de la zona y además, por el profuso comercio de todo tipo de objetos y servicios que se instala en el paseo ciudadano, que durante tres días puede captar a una cantidad de personas que equivale a un cuarto o más de la población de la ciudad.
El hacinamiento registrado, que puede ser comparado al que se produce en los vagones del metro de Santiago, en horas peak, deriva en que además de plantearse la dudas acerca del destino real de la Plaza, se generen aprensiones acerca de la carga humana o si existen suficientes servicios higiénicos para el batallón de comensales presentes.
Frente a los resquemores que suscita el uso de la glorieta emplazada en el centro de la ciudad, la solución parece estar en Talca, donde la Municipalidad y el Gobierno Regional del Maule desarrollaron la Fiesta del Chancho hace dos semanas, donde se expandió la superficie utilizada, dejando las áreas verdes de la plaza fuera del circuito.
De esta manera, fueron cerradas las calles que forman parte del Paseo Peatonal y otras, de tal manera que la carga que pudo haber tenido la Plaza de Armas, fue absorbida por las arterias aledañas.En estas condiciones, las 200 mil personas que llegaron al evento, según cifras municipales, pudieron tener acceso a muchas actividades gastronómicas, culturales y comerciales sin que se produjeran problemas al mobiliario urbano.
En el caso puntual, lo que parece claro es que los organizadores del evento supieron distribuir la cantidad de personas que llega-ron al evento en una superficie mayor, relata el arquitecto Pedro Ramos, presidente del Colegio de Arquitectos.
Capacidad de carga superada
La “carga” es entonces un factor fundamental a la hora de planificar actividades como la de la Fiesta de la Chilenidad, la que será desarrollada en la Plaza de Chillán en las próximas semanas.En este sentido, el arquitecto Claudio Martínez Cerda señala que según antecedentes de la Universidad Central consultados, existen métodos para determinar la cantidad de público que puede asistir a eventos en este tipo de espacios públicos.
“La fórmula para calcular la capacidad de carga es la siguiente. Del total de la superficie estimada en 12.000 metros cuadrados, se descuentan las áreas verdes, los accesos, circulaciones y los stands y otras instalaciones como baños, el entorno a la escultura de O’Higgins. De esta manera se estima que quedan 3.500 metros cuadrados libres, lo que significa una persona por metro de capacidad de carga de acuerdo a los estándares para este tipo de espacio”, plantea el arquitecto.
Esto significa, agrega, que “en la plaza no puede haber más de 3.500 personas simultáneamente. Para la fiesta de la longaniza, el peak significó a lo menos 7.000 personas de manera simultánea, lo que significa que el uso de la plaza se ha excedido en un 100% en su capacidad de carga”.
Como dato anexo, durante la Fiesta de la Longaniza la co-munidad dejó en el sector una cantidad de basura del orden de las 20 toneladas, lo que implicó un trabajo permanente de las cuadrillas municipales.
Para el profesional, “mientras no se haga un estudio de capa-cidad de carga de la Plaza de Chillán, creo que no es posible seguir utilizándola del modo que se está haciendo. Una vez que se tenga claro la capacidad de carga de ese recinto o espacio público como es la plaza, las actividades que allí se programen deben ser coherentes con esa medición”.
Además, esta explanada cubierta de añosos árboles que le dan una sombra permanente, no puede ser ocupada como sitio para el desarrollo de ac-tividades comerciales.
“Si no son capaces en estos tiempos de entregar una oferta atractiva para los chillanejos, no veo por qué la Plaza de Armas, que es un espacio que nos pertenece a todos, pueda concurrir en auxilio de esa deficiente oferta dieciochera. La Plaza debe tener un diseño y un uso que favorezca por igual a todos los chillanejos y no a un sector en particular”, remarca.El arquitecto José Luis Gacitúa, expone una visión similar al plantear que “la Plaza de Armas de Chillán no fue dise-ñada para realizar este tipo de actividades”.
“Creo que está bien que se utilice la Plaza, pues es el cora-zón de la ciudad y es un espacio público pensado en la reunión de personas. Pero igualmente creo que es una improvisación lo que se está haciendo”, subraya.
El artista visual, agregó que la ocupación de este pulmón verde de la urbe deja en evidencia jus-tamente que la capital regional carece de grandes parques habilitados para eventos culturales masivos.
Gacitúa agregó que hay distintos tipos de espacios públicos, como plazas duras, plazas parques, plazas mixtas, centros cívicos, bulevares, entre otros, y cada uno tiene sus características y usos específicos y limitaciones y en el caso local no está habilitada para la carga a la que se la somete cada cierto tiempo.
Municipio defiende uso de la plaza
Desde el municipio chillanejo, valoraron a la Plaza de Armas como un lugar que cuenta con las condiciones para realizar celebraciones como las que se han concentrado en ellas en el último tiempo.Además, se informó que la entidad edilicia cuenta con los medios para rehabilitar el lugar una vez que han concluido las festividades masivas, en las que se reúnen miles de personas.
Para la próxima Fiesta de la Chilenidad se espera que concurran al centro neurálgico de la urbe más de 70.000 personas, para disfrutar de todos los servicios que estarán disponibles.
En este sentido, para el gobierno comunal “la Plaza de Armas es un espacio que por su ubicación es óptimo para desarrollar este tipo de actividades. Su ubicación estratégica en el centro de la ciudad y su cercanía a servicios, locomoción, la existencia de ba-ños públicos y otras ventajas han permitido que miles de personas asistan a las actividades que la Municipalidad programa”.
Desde el consistorio, se remarca que “en la última Fiesta de la Longaniza llegaron más de 40 mil personas, pero a la anterior Semana de la Chilenidad, se estimó que llegaron a ella más de 70 mil, cifra que esperamos superar este año dada la cantidad de días que permanecerá la fiesta abierta a los vecinos de Chillán y todas las familias que lleguen a ella desde todos los rincones de Ñuble”.
La Municipalidad remarca, además, que la Plaza de Chillán “no es una plaza dura, pues una de sus mayores riquezas es la cantidad de especies arbóreas que viven en su perímetro. El municipio tiene un plan especial de conservación de estas especies y de sus prados y, si bien es cierto, el césped ha sufrido con ocasión de fiestas por el alto tráfico de personas, también es efectivo el magnífico trabajo que desarrolla la Dirección de Medio Ambiente, Aseo y Ornato para recuperar el piso y mantener siempre verde el espacio público”.
Y respecto de la carga de la Plaza, la Municipalidad adoptará medidas para distribuir de mejor manera a las miles de personas que llegarán al recinto e impedir que se generen aglomeraciones como las vistas en las anteriores festividades.En este sentido, se planteó que “la Semana de la Chilenidad también considera el cierre de calles aledañas para permitir un mejor desplazamiento a las miles de personas que llegarán cada día y si bien no existe un cálculo de la tasa de ocupación máxima de la plaza, el municipio estima que soportará sin problema el flujo de personas”.
Además, la Municipalidad estudia habilitar en el futuro nuevos parques o zonas que permitan llevar a cabo actividades de corte masivo y de esta manera, proteger el principal paseo cívico de la ciudad.
Pedro Ramos, presidente del Colegio de Arquitectos, planteó que la entidad cree que “este es un hito urbano que guarda el acervo cultural, histórico y patrimonial. Por tanto, es el lugar que protege estas actividades y no las desvincula de la riqueza social donde convergen diariamente sus habitantes en un diálogo urbano permanente con las funciones de las edificaciones que la circundan”.
“Por lo dicho es impensable que sea utilizada la Plaza de Chillán como único punto de actividades sociales impropias, de celebraciones que bien deben implementarse en lugares abiertos específicos y espaciosos, bajo el resguardo y seguridad como condición ineludible para quienes asisten”.
En este sentido, se propone, por tanto, su realización en sectores periféricos, con la capacidad adecuada tanto de estacionamientos, equipos e infraestructura apropiada, salubridad, servicios, enfermerías, en otras palabras, un lugar que albergue y permita atender actos públicos masivos”.