Mercado inmobiliario
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Un estudio del mercado inmobiliario realizado por la consultora BMI, por primera vez en Chillán, confirmó el interesante dinamismo que exhibe el rubro en la capital regional, pero también reveló la rápida velocidad de ventas que han logrado proyectos de departamentos, en particular en un nicho nuevo para la ciudad: las unidades de bajo metraje, en el centro, sin subsidio habitacional, enfocados a la inversión.
En ese contexto, la jefa de Research de BMI, Alejandra Gaete, postuló que es un muy buen momento para adquirir un departamento de este segmento, pues su precio aún es bajo en comparación con otras ciudades, como Temuco, y porque en la medida que se vaya consolidando el crecimiento de Chillán, el valor del suelo tenderá a subir, y en consecuencia, también el de los departamentos céntricos.
Y si bien la oferta de este tipo de viviendas aún es limitada, la información sobre nuevos proyectos de edificación en altura en el centro de Chillán permite anticipar un progresivo incremento de la oferta, así como de la competencia.
Sin embargo, la experta también advirtió que si la ciudad quiere capitalizar el dinamismo inmobiliario, que hoy se manifiesta en 12 proyectos de edificios y 16 de casas, con polos de crecimiento claramente identificados -nororiente, norponiente y suroriente-, debe ser capaz de superar algunos desafíos clave en materia de equipamiento y servicios, así como de infraestructura y conectividad, y apuntó al crecimiento desordenado de la ciudad como un factor a considerar.
En otras palabras, Chillán debe emprender un proceso de modernización que abarque los espacios públicos, el transporte, el comercio, los servicios e incluso la hotelería. Y no se trata de cambiarle el rostro a la plaza de armas o de dotar de más ciclovías a la urbe, lo que si bien se valora, es aún insuficiente; se trata de poner a la ciudad en el siglo 21, superando las brechas de calidad de vida e infraestructura que aún la separan de varias ciudades del país.
Pese a que buena parte de estos desafíos deben ser emprendidos por el sector público, como el mejoramiento de las vías estructurantes que hoy están colapsadas o la necesaria modificación al plan regulador, el sector privado tiene un rol importante en este proceso, acercando equipamientos clave hacia la periferia, como el comercio, los servicios y la educación, y en este ámbito el déficit es preocupante.
El crecimiento urbano de Chillán es un proceso inevitable, y es muy probable que se profundice a medida que la ciudad asuma en propiedad su estatus de capital regional y centro de servicios de Ñuble, ya sea por mayores flujos migratorios desde zonas rurales y desde otras regiones, como por las expectativas de mayores negocios como consecuencia del desarrollo de sectores económicos clave.
Desde esa perspectiva, el dinamismo del mercado inmobiliario será una consecuencia lógica de ese crecimiento, y por lo tanto, la manera en que el sector público y el privado asuman los desafíos que tiene la ciudad, determinará el tipo de crecimiento que tendrá Chillán en el mediano plazo.