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Al menos ocho carpetas de investigaciones contra sacerdotes implicados en presuntos casos de abusos sexuales en Ñuble estaban en manos de la Fiscalía Regional de O’Higgins hasta la semana pasada. Las causas fueron traspasadas por orden del fiscal nacional, Jorge Abbott, a la Fiscalía Metropolitana Centro Norte, a cargo del fiscal Xavier Armendáriz.
La decisión fue justificada por la investigación penal y administrativa que pesa sobre el persecutor regional de Rancagua, Emiliano Arias, luego de las denuncias por presunto tráfico de influencias que realizó su subalterno, Sergio Moya, quien también es indagado por supuestas irregularidades en el Caso Huracán.
Las investigaciones se iniciaron por oficio, denuncias de víctimas y antecedentes encontrados en el allanamiento que el fiscal Arias realizó al Obispado de Chillán en septiembre pasado. Desde Rancagua se entregaron 89 carpetas investigativas, entre ellas las Ñuble, que incluyen las causas del obispo emérito Carlos Pellegrin; el capellán del Ejército, Héctor Bravo, quien se encuentra sin restricciones para ejercer el sacerdocio por orden de la Congregación para la Doctrina de la Fe; y de Renato Toro, apartado del ministerio por el Obispado y quien reside en Casa Tabor.
En la Fiscalía Regional de Ñuble residen al menos otras dos investigaciones, pues a Rancagua fueron derivadas solo las que tenían como tesis el presunto encubrimiento de la jerarquía eclesiástica local.
Xavier Armendáriz
La Fiscalía Metropolitana Centro Norte informó que “no entregaremos detalles, por la reserva de las investigaciones”. Consultado por LA DISCUSIÓN, el fiscal Armendáriz, declinó referirse al tema.
El expersecutor del caso Penta, Carlos Gajardo, quien comparte patrocinio con la abogada Pilar Gutiérrez en las causas que representa la Comisión de Apoyo Integral de Víctimas de Abuso Eclesiástico en Ñuble, consideró que el traspaso provocará un retraso, pero valoró la trayectoria de Armendáriz.
“Los cambios de fiscales cuando se realizan tienen que estar muy justificados porque generan un atraso evidente en la tramitación de las causas, porque el nuevo equipo investigador tiene que hacerse cargo y conocerlas, pero en este caso específico existía justificación para el cambio, porque las denuncias cruzadas que están ocurriendo en la Fiscalía de Rancagua, implicaban que los fiscales, como ha sucedido, tuviesen que dedicarse a atender sus propios asuntos. El fiscal nacional no tenía otra opción”, sostuvo Gajardo.
En relación al nuevo persecutor encargado de las causas precisó que “da garantías suficientes de que estos casos se investiguen, porque hay que recordar que él fue el fiscal que tuvo a cargo la investigación por abuso sexual de Jorge Lavandero, y logró la condena de un senador de la República. También fue quien llevó la investigación por el caso Karadima”.
Xavier Armendáriz en 2010 investigó las denuncias en contra de Fernando Karadima. En julio de ese año se inhabilitó para que la causa fuese remitida a la justicia antigua, pues los hechos ocurrieron después de la Reforma Procesal Penal, según lo que consideró Armendáriz, en esa época a cargo de la Fiscalía Metropolitana Oriente. Marcial Sánchez, historiador experto en Iglesia, aseguró que “en ese caso él mostró celeridad, y de parte de las víctimas de Karadima fue visto como un buen trabajo”.
Sánchez agregó que “Armendáriz es un fiscal reconocido y esperamos que le dé la celeridad que corresponde a los casos. El fiscal Arias armó un equipo de abogados y de acuerdo a lo que dicen las víctimas, eran muy empáticos. Además se debe destacar el conocimiento que adquirió ese equipo, a la luz de lo que significa la Iglesia Católica, porque conocerla por dentro no es fácil”.
Hasta el momento, la Unidad Regional de Atención a Víctimas y Testigos (Uravit) de Rancagua, continuaría trabajando con los casos de Ñuble, para evitar la revictimización. La unidad trabaja con psicólogos, abogados y asistentes sociales que apoyan a los denunciantes.