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Francisco Zapata, presidente regional de Bomberos Ñuble, admite que “estamos viviendo algo inédito en materia de adquisiciones y renovación de material. Como nunca antes las autoridades han reconocido las necesidades reales y urgentes que había en la región”.
Hace alusión a aquellos no lejanos años en que se celebraba la llegada de carros usados provenientes de Santiago, Viña del Mar, Japón o Alemania, a los años en que la renovación de mangueras o elementos de extricación dependían del éxito de las colectas y los esfuerzos de la Junta Nacional de Bomberos.
En contraste, y gracias a diferentes fondos y a la Ley Marco, “Ñuble, como nunca antes se ha estado equipando. Esta semana ingresan a Santiago todos los detalles del proyecto para la 5ª Compañía, en Chillán; estamos trabajando también en el cuartel de Pinto, que se quemó hace unos años; en Santiago nos van a ayudar con el diseño del cuartel de Trehuaco; y, además, se está viendo la posibilidad de hacer un nuevo cuartel en Cobquecura”, enumeró Zapata.
Pero sin duda, la gran novedad bomberil de este 2019 es el anuncio del llamado a licitación para la adquisición de 19 vehículos 4×4 especiales para el combate de incendios forestales, por un costo de $163 millones cada uno, los que serán entregados a cada una de las 19 compañías existentes en Ñuble.
De ellas, cuatro llegan en calidad de reposición, ya que los carros existentes en Bulnes, Ninhue, San Carlos y Yungay solo podían ser dados de baja. Éstos eran carros fabricados a fines de los 80 “y hay que entender que un carro bomba tiene una vida útil máxima de 20 años, independiente del kilometraje, entonces estamos hablando de carros que estaban más que sobrexigidos”, dice.
Así, cada una de las compañías de Ñuble tendrán dos de estos carros, salvo las cuatro mencionadas, porque al renovar, solo quedarán con uno.
Disparidad regional
En materia de móviles y cuarteles, la realidad en la región es de una enorme disparidad.
La provincia de Diguillín cuenta con 86 vehículos, incluyendo una ambulancia y una embarcación Gersa.
Itata, en cambio, solo tiene 32. No cuenta ni con ambulancia, ni carros de rescate medianos o estándar, ni embarcación.
En Punilla, finalmente, hay 37 carros y no cuentan con ambulancia, bomba de primera intervención, ni bomba urbana ni embarcación.
“Hay cuarteles que están a mal traer, muy viejos y que se han mantenido en pie gracias a la intervención de los propios bomberos”, advierte la autoridad bomberil.
“El Departamento de Arquitectura de Bomberos Chile le entrega tres cupos anuales a las regiones para hacer diseños de cuarteles. Una vez entregado el diseño, luego nosotros tenemos que buscar los recursos”, complementa.
Generalmente es el Gobierno Regional el principal apoyo en esta instancia. Y si esos financiamientos se consiguen en el plazo de un año, la Junta Nacional de Bomberos les otorga un cuarto cupo para diseño de cuarteles.
“El cuartel de Trehuaco es uno que se ha mantenido en pie a puro puño. Está horriblemente deteriorado”, especifica.
En Cobquecura el problema es que solo caben dos carros y el tercero debe quedar siempre afuera. Por otro lado, al estar al lado de un jardín infantil, “es un riesgo ir a una emergencia a la hora que salen los niños”, destaca.
También hay un proyecto aprobado por el Core y la Intendencia para el cuartel de San Nicolás ($900 millones).
“Ese era un galpón cerca de la plaza. Los voluntarios se hicieron una oficina de madera para tener donde permanecer. Este era un proyecto dormido desde el 2014 y ahora recién pudo salir”, precisa.
Zapata dice que por el momento se ha hecho levantamiento de lo más urgente, y no del detalle. “Esperamos que de aquí al 2020 Bomberos Ñuble tenga una cara renovada”, remarca.