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Con el distintivo chaleco amarillo de los imputados, esposado y rodeado de gendarmes, ingresó Samuel Fuentealba Valdebenito a la sala de audiencias del Juzgado de Garantía de Quirihue, para escuchar su formalización por homicidio.
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Lo hizo tranquilo y exhibiendo total pasividad. Una actitud totalmente concordante a la descripción del crimen relatado por la fiscal Cecilia González, quien lo tildó de “un crimen a sangre fría, porque tras una discusión, preparó el arma, le disparó en el rostro a la víctima y luego fue a la casa de su hermana para contar tranquilamente lo que había hecho”.
La persecutora confirmó otro detalle de este parricidio y que hasta el minuto estaba solo como trascendido: “Él le disparó a su cónyuge delante de los hijos de ella”.
Es por esta razón que fue el segundo hijo de Bernardita Pedraza, de solo 13 años, quien llegó hasta la casa de sus familiares a contar que su mamá estaba muerta, sin poder dar detalles debido a sus desconsolados llantos.
Las explicaciones las dio, minutos después, el niño mayor, de 15 años, quien ratificó que Sebastián -apodado “El Cachula”– le había descargado un escopetazo en el rostro.
“Desde el momento en que tomamos conocimiento de este hecho, una de nuestras principales preocupaciones ha sido el estado de los menores. Ese mismo día, se pidió una audiencia junto con la unidad de Víctimas y Testigos de la Fiscalía, más el Tribunal de Familia, para que determinaran el destino de los mismos. Esa audiencia se realizó hoy (ayer) a las 9:00 de la mañana y los cuatro menores quedaron al cuidado de sus abuelos maternos, en San Ignacio”, ratificó la fiscal.
González agregó que “ellos están tranquilos, nos hemos preocupado bastante de ellos y la Fiscalía tomará los resguardos para recoger sus declaraciones cuando corresponda”.
Discusiones y golpes
El contexto y el móvil del parricidio aún están siendo investigados por la Brigada de Homicidios de la PDI, quienes desde el viernes, día en que se registró el crimen, comenzaron a apadrinar el sector y a recoger evidencias y declaraciones.
Hasta el momento se habla de una discusión por dinero que habría sostenido la pareja, pelea verbal en la que luego intervino el hijo mayor de Bernardita.
Habría sido en ese momento que la víctima trató de llamar a Carabineros, cuando Fuentealba Valdebenito le exigió cortar el llamado, para aparecer segundos después con una escopeta y dispararle en el rostro.
“Le disparé porque ella me pegó primero”, diría posteriormente el imputado confeso.
Según el alcalde de Trehuaco, Luis Cuevas, “ellos estaban siendo intervenidos como familia por el Fosis y tras un año de trabajo con ellos, jamás hubo una conversación o denuncia de violencia intrafamiliar. Hubo una denuncia, pero el 2016 y fue por violencia mutua, pero no fueron intervenidos por esa denuncia”.
Consciente de esto, la seremi de la Mujer y Equidad de Género, Bárbara Henning, añade que “vemos que a partir del 2016 nunca más hubo denuncias y el problema es que sin eso no se puede activar las redes de apoyo para proteger a las mujeres. Por eso pedimos fuerte y claro que las mujeres hagan las denuncias”.
La seremi destaca que hay muchos casos en que las mujeres no denuncian por miedo a perder el sustento económico del hogar, “por esa razón, como Gobierno, tenemos que sacar a la mujer de la violencia a través del emprendimiento y un trabajo digno”.
Pensión de invalidez
Antonio Guerra, defensor de Fuentealba, quien quedó en prisión preventiva, había pedido que lo dejaran con arresto domiciliario total.
Uno de sus argumentos fue que el imputado, desde 2013, tenía una pensión de invalidez, “y ahora debemos investigar qué tipo de invalidez, ya que podría incluso ser una causa de inimputabilidad”, advirtió.