Eficientes con el agua
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La Región de Ñuble es la que destina proporcionalmente el mayor porcentaje de uso de agua para riego de todo el país, por lo que resulta altamente relevante analizar la eficiencia con la que se está manejando este recurso natural, ya que la relación entre su correcto uso y el rendimiento de los cultivos y la producción de alimentos está comprobada.
En este sentido, la tecnificación, el aprovechamiento del agua, su reutilización en otras actividades, la educación y capacitación de los agricultores respecto de las nuevas modalidades de riego, permiten una mayor eficiencia y, por ende, un mayor cuidado.
De aquí al 2070, se proyecta una disminución de un 15% en las precipitaciones en la zona norte del país y de un 60% en la zona sur.
Además, las temperaturas han ido aumentando y se proyecta que suban entre 2 y 5 grados hacia fines de este siglo, lo que provocará que el almacenaje de nieve, que es el verdadero embalse natural del país, vaya disminuyendo paulatinamente.
Bajo esta realidad, los últimos gobiernos han delineado un plan maestro de embalses que, independiente del cambio de signo político de las últimas administraciones, se ha mantenido, dando cuenta de una positiva visión de Estado sobre el tema.
El más avanzado es La Punilla, cuya construcción debería comenzar este año, según confirmó recientemente el propio Presidente Sebastián Piñera. Zapallar y Chillán, en tanto, también han sido priorizados en el plan de embalses de la actual administración.
Igualmente, hay otras iniciativas que tienen su estudio de prefactibilidad terminado e incluso algunos ya están en etapa de diseño, por lo que también podrían ser priorizados en un futuro cercano.
Allí se inscriben el embalse Lonquén en el secano, el embalse Niblinto en la precordillera y los embalses estacionales Changaral, Quilmo y Ránquil, cuyos estudios de prefactibilidad concluyeron en 2014.Sin embargo, estas importantes inversiones pueden terminar no siendo lo realmente rentable desde el punto de vista social y económico si no van acompañadas de los otros factores asociados al manejo eficiente del recurso hídrico.
Para lograrlo se debe implementar una política que incentive su uso sustentable, basada en el manejo eficiente de las cuencas y que debe orientar a quienes planifican, ejecutan y fiscalizan las obras, como también a aquellos que las utilizan.
Tomar conciencia a nivel de políticas públicas, de la ciudadanía en general y de los usuarios directos en particular, se transforma en un principio que debe incorporarse dentro de las bases de una estrategia de largo plazo en materia de recursos hídricos y de sus usos para efectivamente ca-pitalizar el potencial agroalimentario de la Región de Ñuble.