26 años de cárcel a carabinero narcotraficante de Coihueco
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El Sexto Tribunal Oral en lo Penal de Santiago condenó al exsargento Cristian Pinilla Maldonado, el coihuecano acusado de liderar una banda de carabineros dedicado al narcotráfico y a la extorsión en la Tenencia El Castillo, de la comuna de La Pintana, en la Región Metropolitana.
Fue llevado al estrado junto a otros cuatro funcionarios por el fiscal Héctor Barrios, jefe de la Fiscalía Sur Metropolitana, quien los acusó de tráfico de drogas, dos robos con intimidación, apropiación indebida y cuatro hechos de obstrucción a la justicia.
“Los acusados, lo que hacían, era aplicar una torcida forma de hacer cumplir las leyes, pero la señal es que la comunidad puede estar tranquila, puede confiar en que las investigaciones pueden prosperar, incluso cuando se investiga a personas que, paradójicamente, en algunas ocasiones nos ayudan a investigar”, dijo el fiscal Barros, finalizada la lectura de sentencia.
Conforme a la investigación fiscal, que fue ordenada a Carabineros, se determinó que estos funcionarios se concertaban para realizar allanamientos sin autorización judicial en casa de personas que tenían antecedentes por tráfico de drogas, “pero el propósito era robarles sus objetos de valor que tenían en las casas. Incluso, tuvimos como víctimas de estos abusos a personas que no tenían nada que ver con estos delitos”, aclaró el persecutor.
Para entonces, el OS7 ya tenía sospechas de estos funcionarios liderados por el ñublensino y comenzaron a seguirle la pista.
Sin embargo el fin de sus ilícitos llegaría cuando Pinilla tuvo un desencuentro con “Luisa”, una traficante con quien tuvo un romance.
El romance que lo arruinó
Fue en una feria popular realizada en mayo de 2016, que algunos vecinos, muchos de ellos inmersos en el narcotráfico, comenzaron a repartir volantes con las fotos del sargento Pinilla, del cabo Luis Vivallos y otros, alertando que se trataba de carabineros ladrones, quienes allanaban casas ilegalmente para robar dinero, especies y quitar drogas.
“Para nosotros, este fue un llamado de la comunidad que pedía ayuda, que pedía que se hiciera justicia”, declaró el fiscal Barros.
Para Pinilla esto supuso la primera alerta del riesgo que corría, pero ignoraba que desde hace un tiempo el OS7 los venía investigando secretamente, luego de recibir varias alertas hechas por los mismos “narcos” que tuvieron problemas con el coihuecano, ya que no solo tenía una organización dedicada a la extorsión y al robo, sino que además una relación, si no amorosa, al menos sexual con una conocida narcotraficante de 49 años, a quien le allanó la casa en noviembre de 2015: Luisa Aguilera.
Pinilla nunca incluyó el nombre de “Luisa” en el parte, librándola de cualquier lío posterior.Las escuchas daban cuenta de que ella le daba dinero para que “no anduviera como los otros pacos comiendo leseras en el frío”, que él arrestaba y reventaba las casas de sus competidores, y que, al parecer, ella le pagaba por favores sexuales.
“Por 100 mil te hago el cambio de aceite”, dice literal en uno de los tantos diálogos que aparecen en los mensajes por Whatsapp que fueron interceptados por el OS7 de Carabineros.
Las escuchas delataban además cuando Pinilla, Vivallos, el teniente Contreras, jefe de la Tenencia, y otro puñado de funcionarios, se repartían “las colitas”, organizaban chantajes a cambio de dinero o cuando se insultaban entre sí por haber desperdiciado una oportunidad de haber llegado a casa con una “buena mascá”.
Llamados que no dejaron fuera a la familia y que le permitieron al OS7 saber sobre una cadena de oro que le regaló a su hermano menor y dinero o regalos que Pinilla le llevaba a su esposa Vanessa.
Sí, Pinilla estaba casado con Vanessa, lo que al parecer irritaba a Luisa.
Fue tras una conversación telefónica entre la “narco”y el sargento Pinilla, en la que este la trató de “compadre” o “huevón” para no alertar a su mujer, que una radical Luisa decidió confesar todo al OS7, poniendo fin al reinado de Pinilla, quien cansado de las amenazas y del peligro que él mismo sembró, estaba pensando en comprar un arma para defenderse e irse de El Castillo.
No lo logró. En septiembre de 2016 fue detenido y tras revelarse su romance, perdió, además, a su familia.
Luisa Aguilera y, otro civil, Cristian Lagos, recibieron penas de 4 y 10 años, respectivamente. Los otros cuatro funcionarios fueron condenados a penas de entre 11 y 16 años.