Más de 20 días de intenso combate terrestre y aéreo se requirieron para controlar el incendio forestal “San Patricio”, que consumió cerca de dos mil hectáreas en el límite sur de la precordillera de Coihueco, en la Región de Ñuble. El siniestro, que comenzó en febrero y se extendió a marzo, se desarrolló en una zona de muy difícil acceso, con pendientes abruptas y fuerte influencia de vientos, lo que complejizó de manera significativa las labores de extinción.
El fuego afectó principalmente bosque nativo al interior de la Reserva de la Biósfera Corredor Biológico Nevados de Chillán – Laguna del Laja, un territorio de alto valor ambiental, reconocido la por Unesco. En ese contexto, el Departamento de Áreas Silvestres Protegidas (DASP) de la Corporación Nacional Forestal (Conaf) informó en su oportunidad que la superficie dañada no corresponde al hábitat actual del huemul, descartando además la presencia de ejemplares muertos o heridos producto del avance de las llamas.
No obstante, el manejo inicial de la emergencia generó críticas desde la comunidad y organizaciones locales, las que cuestionaron la demora en la declaración de Alerta Roja, decretada recién después de más de diez días desde el inicio del incendio. Las manifestaciones apuntaron a la necesidad de una reacción más oportuna, considerando el alto valor ecológico del área afectada y su cercanía con sectores poblados.
Incluso el gobernador regional de Ñuble, Óscar Crisóstomo, solicitó públicamente el levantamiento de la Alerta Roja, la que finalmente fue establecida por el Servicio Nacional de Prevención y Respuesta ante Desastres (Senapred), a petición de Conaf. La medida se adoptó ante el riesgo de que el fuego avanzara hacia viviendas emplazadas en cerros cordilleranos del sector, ubicadas al otro lado del río Chillán, el que cumplió un rol clave como cortafuego natural.
Durante la emergencia se desplegó un amplio operativo que incluyó brigadas terrestres, aviones y helicópteros, camiones y personal de Conaf, además del apoyo de empresas forestales y voluntarios de Bomberos, recursos que permitieron finalmente contener el incendio y evitar consecuencias mayores para las comunidades cercanas.
Las autoridades reiteraron el llamado a extremar las medidas de prevención, especialmente en zonas de alto valor ambiental y de difícil acceso, donde la ocurrencia de incendios forestales representa un grave riesgo tanto para los ecosistemas como para la seguridad de la población.
