Señor Director:
Estamos en la cuenta regresiva hacia 2026, año marcado por la expectativa de cambios que permitan dejar atrás una incertidumbre que se ha prolongado mucho.
La certeza aún no llega, pero comienzan a soplar vientos más optimistas. Hay expectativas de que a partir de marzo, el próximo gobierno pueda reactivar la economía e incentivar la inversión, tanto nacional como extranjera, avanzando con mayor firmeza hacia la prosperidad.
Desde el mundo inversionista también queremos volver a confiar. En ese contexto, el venture capital identifica factores clave. El primero es la estabilidad económica, ligada a la confianza en los mercados, la creación de empresas, la reducción del desempleo y el fortalecimiento de las relaciones internacionales.
El segundo factor es la estabilidad institucional. La incertidumbre política y regulatoria, la volatilidad cambiaria y la baja profundidad de los mercados locales obligan a estructurar operaciones fuera del país.
El venture capital se sostiene gracias a aportantes que evalúan oportunidades por rentabilidad, pero también por impacto. Si los factores se alinean, el capital circula: surgen más fondos, más inversiones y más startups, generando beneficios sociales. Ese es el círculo virtuoso.
Fortalecer la credibilidad institucional y entregar certezas es clave para atraer inversión, crear empleo y reactivar el crecimiento. Si logramos mitigar la incertidumbre, el sector proyecta un positivo 2026.
Catalina Taricco
COO & CMO de Impacta VC
