Señor Director:
La campaña mundial contra el VIH-SIDA 2025, bajo el lema “Superar las disrupciones, transformar la respuesta al SIDA”, recuerda que esta infección está lejos de ser un problema superado. Aunque a nivel global las nuevas infecciones han disminuido de forma significativa desde los años noventa, América Latina ha registrado un aumento en la última década, lo que obliga a reforzar urgentemente las estrategias de prevención.
En Chile, tras años de incremento sostenido, los nuevos diagnósticos muestran una reciente disminución, asociada a la implementación de estrategias como la profilaxis preexposición, el autotest y otras intervenciones. Sin embargo, estos avances son frágiles. La advertencia de recortes en el financiamiento internacional para la respuesta al VIH amenaza con revertir progresos que han tomado décadas construir.
En este escenario, la educación sexual integral cumple un rol fundamental. No se trata solo de entregar información, sino de formar en autocuidado, prevención, respeto y ejercicio de derechos desde edades tempranas. Sin una educación sexual continua y basada en evidencia, las brechas en diagnóstico tardío, transmisión y estigmatización persistirán, especialmente en las poblaciones más vulnerables.
Sostener los avances frente al VIH exige políticas públicas, financiamiento estable y un compromiso con la educación sexual integral como pilar de la salud pública y la equidad social.
Maricela Pino
Directora Escuela de Obstetricia y Puericultura UDLA
