Incertidumbre laboral

Señor Director:
El mercado laboral chileno transita un fin de año complejo. La alta tasa de desempleo es más que una cifra macroeconómica, sino que la realidad de miles de familias que ven cómo la búsqueda de una nueva oportunidad se vuelve cada vez más cuesta arriba. Este escenario se ve agravado por un factor cíclico, pero intenso: el período eleccionario.
Generalmente, la incertidumbre política actúa como un freno de mano para la inversión privada. En un año marcado por votaciones y debates constitucionales/políticos, las empresas adoptan una postura de cautela extrema. Esto deriva, además, en menos contrataciones a largo plazo.
La incertidumbre se convierte en el peor enemigo del crecimiento, y el potencial empleador prefiere esperar a que el panorama político se aclare antes de comprometerse con un costo fijo, como es un nuevo contrato indefinido.
Paradójicamente, la llegada de noviembre y diciembre trae un alivio temporal para las estadísticas: el auge del empleo de temporada. Si bien estos empleos ofrecen un respiro económico, son por naturaleza circunstanciales y de corto plazo, no resuelven el problema de fondo del desempleado, que busca estabilidad y proyección profesional.
Es de esperar que la nueva administración entregue la estabilidad tan esperada en las empresas para que se reactiven las contrataciones, y den un respiro a las familias que no lo han pasado bien y que forman parte de ese porcentaje de desempleados que aún esperan por una oportunidad.
Rodrigo Correa
Psicólogo laboral