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Concentración de inversiones

El balance de las inversiones ingresadas al Servicio de Evaluación Ambiental (SEA) de Ñuble durante el presente año muestra una leve alza en comparación con igual periodo (enero-noviembre) de 2024, pero también entrega señales preocupantes, como una alta concentración de los proyectos en el sector energía.

Este año se han ingresado 15 proyectos a tramitación en el SEA de Ñuble, por una inversión total de US$710,96 millones, lo que representa un aumento de 4,4% en comparación con los US$681,22 millones que representaron las 15 iniciativas presentadas en enero-noviembre de 2024.

De los 15 proyectos presentados en 2025, seis corresponden al sector energía -generación, transmisión y almacenamiento-, por un total de US$ 592,17 millones, es decir, un 83,2% de las inversiones ingresadas al SEA.

Aunque se trata de tecnologías limpias y necesarias para la descarbonización de la matriz energética del país, la excesiva concentración en un solo rubro que, por lo demás, genera muy pocos empleos; y la escasa inversión en áreas más alineadas con la vocación productiva de Ñuble -como agricultura, agroindustria o turismo- revelan una región que sigue sin diversificar plenamente su base productiva y peor aún, sin muchas inversiones en agregación de valor.

Es irónico que mientras se suman más proyectos de generación de energía, Ñuble aún no resuelve su cuello de botella en infraestructura de transmisión eléctrica, que frena su crecimiento industrial, urbano y agroexportador.

Desde el Gobierno prefieren ver el vaso medio lleno, y valoran que Ñuble comience a consolidarse como un polo estratégico de energías renovables. Y no se equivocan, pero esta dinámica de inversión en el territorio debe acompañarse de instrumentos de planificación actualizados, para evitar que el desarrollo energético entre en conflicto con la vocación agrícola o habitacional de los territorios. En ese sentido, resulta preocupante que algunos proyectos sean duramente cuestionados por las comunidades vecinas, lo que podría indicar deficiencias en las instancias de participación ciudadana en los procesos de evaluación ambiental.

Por otro lado, en este balance hay seis iniciativas del sector inmobiliario, las que suman una inversión de US$112,9 millones, lo que representa un 15,9% del total de la inversión ingresada al SEA de Ñuble en 2025.

Se trata de un sector intensivo en mano de obra que que está recuperando su dinamismo gradualmente, en parte, gracias a los programas habitacionales del estado, y también a un mejor escenario para la venta, con tasas de interés más bajas que hace un año e incentivos estatales, como el subsidio al dividendo, lo que ha permitido reducir stocks y reactivar proyectos, aunque todavía los niveles de permisos de edificación se encuentran en niveles bajos.

Por otra parte, que los proyectos inmobiliarios se concentren exclusivamente en el ámbito habitacional también es una señal, y no muy positiva. Las viviendas son necesarias, sin duda, pero no hay escasa inversión en centros de servicios, en bodegas logísticas o proyectos turísticos.

La región no puede seguir dependiendo casi exclusivamente del impulso energético o de proyectos habitacionales. Necesita impulsar sectores clave, como agroindustria, turismo, servicios logísticos e industrias que agreguen valor, de manera que Ñuble sea no solo una región que aporte energía al país, sino una región que genere un desarrollo integral para su propia gente.

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