El arranque formal de la segunda vuelta presidencial comenzó este lunes con dos imágenes potentes y claramente diferenciadas: Jeannette Jara recorriendo La Pintana, una de las comunas populares más emblemáticas de Santiago, y José Antonio Kast instalándose en La Araucanía, región que ha sido eje de su discurso de seguridad y orden. Ambos candidatos buscan marcar desde el primer día los territorios y mensajes que quieren consolidar de cara a la definición del 14 de diciembre.
En el caso de Jara, la candidata del oficialismo optó por un inicio simbólico en La Pintana, comuna que ya había sido escenario de despliegues estratégicos en campañas anteriores. Acompañada de dirigentes sociales y mujeres de la zona, la exministra reforzó un mensaje centrado en la cercanía, el trabajo comunitario y las reformas sociales que ha impulsado durante su trayectoria. Su comando pretende que esta señal marque el tono de una campaña orientada a reconectar con sectores populares y, al mismo tiempo, abrirse hacia votantes desencantados o distantes del oficialismo.
El desafío para Jara es ampliar su base electoral más allá de los votantes fieles. Por eso, su equipo ha desplegado una estrategia que combina terreno y alta exposición mediática, con énfasis en convocar al electorado moderado y a quienes se mantienen indecisos tras la primera vuelta. La candidata ha insistido en que esta etapa requiere “escucha activa”, diálogo y una narrativa capaz de dar certezas en un contexto político polarizado.
En paralelo, José Antonio Kast eligió comenzar desde La Araucanía, región donde obtuvo resultados contundentes en la primera vuelta y que busca mantener como bastión movilizador. Desde allí, el líder de derecha enfatizó nuevamente un eje que ha sido central en sus campañas: la seguridad. Kast se reunió con dirigentes locales y autoridades regionales, reforzando su mensaje de que la zona necesita una respuesta firme frente a la violencia rural y que su proyecto presidencial representaría un cambio de rumbo respecto del oficialismo.
El candidato también hizo un llamado a la unidad de toda la derecha, destacando que la segunda vuelta requiere “ordenar la casa” y sumar a todos los sectores que buscan un giro político. Su apuesta, según allegados a su campaña, es consolidar fuerte apoyo territorial en el sur y crecer en los segmentos urbanos donde su votación fue menor.
