Señor Director:
Vivimos un momento en el que la tecnología es la columna vertebral de la economía, los servicios y la vida diaria. Pero detrás de cada innovación hay un profesional tecnológico que rara vez recibe reconocimiento.
Ingenieros, programadores y expertos en datos viven una actualización constante. Lo que antes bastaba para sostener una carrera, hoy queda obsoleto en meses. Herramientas como la IA generativa, la computación cuántica y la automatización reformulan el trabajo.
Se estudia mientras se produce y se innova mientras se compite. A pesar de que existen sistemas para automatizar tareas, se exigen resultados más rápidos y con menos errores, y el límite entre lo laboral y lo personal se diluye.
La IA puede programar, analizar datos y detectar patrones, pero no elimina al humano, pues exige aprender a supervisar, dirigir y complementar.
Saber programar ya no alcanza; entran en juego la ética, la privacidad, el sesgo y la seguridad. El trabajo remoto amplió las oportunidades, pero también la competencia global, forzando a destacar con habilidades blandas.
El mayor reto del talento TI es equilibrar productividad y bienestar, pues la innovación no puede construirse a costa de la salud de quienes la crean.
Benjamín Toselli
CEO y fundador de IT Hunter
