Señor Director:
En los últimos tiempos, nos acostumbramos a hablar, discutir, ver y a escuchar, en medios informativos, cómo chilenos, llámense parlamentarios, fiscales, alcaldes, autoridades de gobierno, miembros del Poder Judicial, directores de servicios, docentes y funcionarios en general, en todos los niveles y sin distinción de cargos, vulneran las reglas de probidad y de buena conducta, de ética y de responsabilidad, en el desempeño de sus cargos, por el que reciben remuneraciones fiscales.
Así, hemos conocido acciones, videos, correos, conversaciones telefónicas, de cómo esos “servidores”, casi han patentado su mala conducta o hecho delictivo, a la vista de todos, y que la ciudadanía, observa con asombro, malestar e impotencia.
Ya es tiempo, de no hablar de ellos y preguntarnos, acaso son así todos los servidores chilenos, y la respuesta es una sola, no. Son mayoría, en todas las instituciones y niveles, los que, con dedicación, idoneidad y profesionalismo cumplen sus funciones, los que tienen verdadera vocación de servicio, los que trabajan en silencio con apego a la ley y a sus reglamentos, los que hacen buen uso de los medios y recursos fiscales, de sus licencias médicas, y permisos, los que no necesitan respaldos corporativos ni institucionales, los que esperan su turno u oportunidad de ascender.
De ellos debemos hablar y con firmeza, conocer de sus desempeños, ponerlos de ejemplos y dar las mejores oportunidades, son los que deben ocupar cargos de mayor responsabilidad, los que deben ser incentivados y obtener las mejores calificaciones y ascensos.
Son los verdaderos héroes y heroínas y los que sacan adelante a las instituciones, y no los que llenan páginas, tv y radio.
Nelson Claudio Suazo Toro
