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Conectividad costera

Mejorar la conectividad de la zona costera de Ñuble debe ser entendido como una prioridad desde la perspectiva social y económica. Desde una mirada macrozonal e incluso, nacional, se trata de una necesidad estratégica.

Actualmente, existe una ruta costera pavimentada desde Cobquecura hacia el norte, que conecta con la región del Maule. Sin embargo, desde Cobquecura hacia el sur el camino se encuentra con tramos de pavimento y otros de ripio, lo que dificulta el tránsito, afecta la calidad de vida de las comunidades y reduce las oportunidades de desarrollo. Además, la ruta limita con la barrera del río Itata, en su desembocadura, donde hace más de dos décadas se proyecta un puente, cuya importancia es vital para conectar, por el litoral, a Ñuble con la región del Biobío.

La ruta costera y el puente sobre la desembocadura del Itata son obras anheladas durante largo tiempo por las comunidades costeras, principalmente de Cobquecura, que ve su materialización como una llave que generará mayores flujos impulsando el turismo, el comercio y el empleo local.

Con su concreción, el tiempo de viaje entre Concepción y Cobquecura se podrá reducir, desde casi dos horas, a una hora, lo que también tendrá un impacto en la conectividad de localidades intermedias, como Taucú, Colmuyao y Mela; favoreciendo así los flujos de turistas, el desarrollo de otras actividades económicas, como la pequeña agricultura, y también la calidad de vida de los habitantes.

Pese a que el estudio de ingeniería del puente concluyó en 2024, no se observan nuevos avances, dado que surgió la variable ambiental que no fue prevista hace cinco años, cuando se contrató el estudio: la declaración como Santuario de la Naturaleza del humedal Desembocadura del río Itata, en enero de 2022; asimismo, en los últimos años también se han declarado humedales el río Colmuyao y el río Taucú.

En ese sentido, la legislación ambiental exige elaborar y someter a evaluación un estudio de impacto ambiental (EIA) del proyecto, lo que se estimaba que podría retrasar tres años más la obra. Pero ha pasado un año y aún no se contrata la confección del EIA.

Hay que reconocer, sin embargo, en estos últimos dos años, un esfuerzo del MOP por reemplazar el ripio por un pavimento básico, abordando la ruta por tramos.

Sin duda, la ruta y el puente son necesarios para Ñuble y particularmente para la zona costera, pero, además, es una obra estratégica para el país, ya que permite dar continuidad a la ruta costera, alternativa a la Ruta 5, que se extiende desde el Norte de la región del Maule y que, hacia el Sur, se prolonga hasta La Araucanía.

Y así como es clave concretar esta obra, también es necesario salvaguardar los frágiles ecosistemas costeros que no solo constituyen un valioso paisaje que da valor a la ruta, sino que albergan especies endémicas y ofrecen servicios ecosistémicos invaluables a las comunidades.

Por ello, así como se espera que el MOP actúe con celeridad en la superación de esta profunda brecha de conectividad que posterga el desarrollo del litoral, también es deseable que dicho avance se dé con una perspectiva de sustentabilidad, reduciendo al mínimo los impactos ambientales en los humedales y ponderando adecuadamente las opiniones de los involucrados.

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