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El problema no es la casa

Señor Director:

Las cifras más recientes del sector muestran un stock que supera las 100 mil viviendas, mientras la banca endurece condiciones: preventas de 20% a 30%, mayor selectividad para financiar desarrolladores y financiamiento casi nulo para compra de terrenos. Resultado: menos obras nuevas y la casa propia más lejos para la familia que ahorra en UF.

No es solo tasa de interés. Es incertidumbre regulatoria, trámites lentos y reglas que cambian en medio del partido. Si queremos que el “stock” se convierta en “techo”, necesitamos tres verbos coordinados: simplificar permisos con plazos efectivos; sincerar incentivos transitorios, focalizados en primera vivienda y segmentos medios; y sincronizar banca, Estado y desarrolladores mediante garantías bien diseñadas que reemplacen las preventas que hoy estrangulan proyectos viables. Sume arriendo con opción de compra para absorber inventario sin castigar a la clase media.

La banca debe cuidar riesgos; el Estado, dar certezas; y el sector, ejecutar con eficiencia. Cuando cada parte hace lo suyo, el crédito deja de ser un privilegio y vuelve a ser un puente. El problema no es la casa: son las reglas de la casa.

Kênio Estrela

Académico, UFT

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