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La nueva Ley de Seguridad Privada

Señor Director:

Con la publicación en el Diario Oficial de la Matriz de Riesgo de la Ley N°21.659, se viene a fortalecer los alcances de la Ley de Seguridad Privada. Este instrumento permitirá clasificar a las instalaciones en riesgo alto, medio o bajo y determinará quiénes serán Entidades Obligadas a implementar medidas de seguridad. Por primera vez, las empresas mandantes tendrán certezas objetivas sobre sus responsabilidades.

El desafío es inmediato: aquellas clasificadas de riesgo medio o alto deberán contar con medidas de vigilancia, que permitirán anticipar decisiones, diseñar estudios de seguridad, ordenar habilitaciones, reforzar la formación de sus guardias y ajustar contratos con proveedores. No hacerlo expone a infracciones, costos y riesgos reputacionales.

La matriz no es un trámite más. Es una herramienta técnica, basada en indicadores objetivos —desde victimización, criticidad de funciones y concurrencia de público, hasta vulnerabilidad del entorno y rutas de escape— que ordena un sistema que por años operó con criterios dispares.

La oportunidad es única: si empresas, proveedores y autoridades trabajan coordinados, la seguridad privada podrá convertirse en un verdadero socio estratégico del Estado, con presencia en terreno, protocolos claros y trazabilidad auditable. Esa es la coadyuvancia que multiplica la capacidad pública y devuelve confianza a la ciudadanía.

Aldo Vidal

Coordinador del Comité Técnico y vocero de ASEVA

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