Chile no puede jubilar la dignidad de sus mayores

Señor Director:
Chile envejece, y con ello debería crecer también nuestro compromiso con las personas mayores. Llegar a viejo no puede ser sinónimo de precariedad, soledad o incertidumbre. Por el contrario, debiera representar una etapa de júbilo, tranquilidad y reconocimiento por décadas de aporte al país.
En este contexto, preocupa el riesgo de cierre del programa Más Adultos Mayores Autovalentes, vigente desde 2015 en los servicios de salud del país. Esta iniciativa ha demostrado ser una política pública ejemplar: promueve el envejecimiento activo, previene la dependencia funcional y fortalece la autonomía mediante talleres comunitarios guiados por kinesiólogos y terapeutas ocupacionales. Según la propia Dirección de Presupuestos, más del 75% de los participantes mantiene o mejora su funcionalidad, con una adherencia superior al 90% y ejecución presupuestaria del 100% durante cinco años consecutivos.
Su eventual eliminación bajo criterios de “racionalización del gasto público” sería un grave retroceso. No se puede hablar de envejecimiento positivo ni de salud comunitaria si se eliminan los programas que justamente lo hacen posible. Proteger la continuidad de Más AMA es resguardar la dignidad, la participación y la calidad de vida de miles de personas mayores en Chile.
Porque un país que cuida a sus mayores, cuida su propia humanidad.
Rodrigo Durán Guzmán