Quejas por un “diseño disociado” se suman a las críticas por atraso en obras de Diagonal Las Termas

María Oyarzún tiene 53 años y dice: “yo soy una de las más jóvenes de acá de la cuadra. Mis vecinos tienen más de 90 años, la señora de la otra esquina también tiene sobre 80 años, y el resto de las casas son negocios o fábricas”. Así describe a gran parte del vecindario que queda en la Avenida Diagonal Las Termas y explica por qué casi la totalidad del mobiliario urbano que se instaló “pasa siempre vacío”.
Más allá del ya muy masticado problema de los retrasos en la ejecución de este proyecto, que forma parte del Plan Maestro de Transportes diseñado en 2012 por autoridades del Minvu, cuando aún Ñuble era parte de Biobío, hoy se están replicando variadas quejas respecto al diseño y a la nula consideración del acontecer social del entorno, a la hora de definir elementos urbanísticos como platabandas, plazas, mobiliario urbano o arbolado y paisajismo.
Hoy la población de un grueso segmento es adulto mayor y no se relaciona con la visión que imaginaron en Concepción de esa arteria, cada vez con más presencia de autos que personas, aunque eso tampoco es un factor que se haya considerado, porque hay tramos en donde de dos pistas por sentido, se pasa solo a una, para darle espacio a “lugares de encuentro” que casi nadie ocupa.
La obra, ejecutada en un 93%, se extiende por 1,3 kilómetros, y “actualmente, el parque automotriz de Chillán y Chillán Viejo supera los 60.000 vehículos, por lo que esta obra contribuye a descongestionar el tránsito del suroriente, ahora si tomamos Avenida Argentina con Collín, en alrededor de 10 minutos podemos llegar a Los Puelches. El problema está camino a Las Mariposas, ya que la planificación territorial está sujeta a los dueños del suelo, por lo mismo, esperamos seguir fortaleciendo el rol del Estado y así influir en el diseño de las ciudades”, explica Antonio Marchant, seremi de Vivienda.
El seremi dice estar consciente de estas críticas y aunque no se trata de un proyecto diseñado bajo esta administración, añade: “quisiéramos que la inversión gubernamental tuviera un rápido impacto en las familias, pero las obras de gran envergadura, por lo general, atraviesan distintas administraciones. Cabe señalar que una vez que la obra está en marcha no se puede rediseñar el proyecto, hay un contrato y tanto la empresa como el ministerio deben respetar lo establecido en la licitación”.
Las excesivas demoras
Se vuelve, una vez más, al tema de las demoras en los procesos de licitación, consecución de los RS del Mideso o de recursos por parte del Gobierno, por lo que el gran problema a resolver no es el caso puntual de Diagonal Las Termas, sino tomar esta obra de ejemplo, para que no siga ocurriendo lo mismo con otros proyectos relevantes en la región.
Al menos, desde el Gobierno Regional (GORE) dicen tener claro que las demoras en la ejecución de un proyecto generan desfase entre la solución propuesta y las necesidades dinámicas de una ciudad en rápida expansión.
“De ahí la importancia de articular a los actores, en función de una visión integrada de las iniciativas que se diseñen y que impulsen a la Región de Ñuble. Y esta fue una de las razones por las cuales propusimos la Agenda Ñuble 250, instancia de gobernanza que permita la concreción de diferentes proyectos que están en proceso y que no han podido materializarse”, explica Camila Flores, secretaria ejecutiva de la Agenda Ñuble 250, del GORE.
La ejecutiva destaca, a la vez, el “que estas iniciativas sean capaces de conversar entre sí y dar respuesta oportuna al territorio o a la ciudad en particular y que no se ejecuten obras aisladas sin un hilo conductor claro de lo que queremos como capital regional. Un ejemplo de ello es lo que queremos hacer con el Trazo Libertador, que es una suma de obras que se articulan bajo un relato, uniendo a la intercomuna a través de la Avenida O’Higgins y Libertad”.
Volviendo a Diagonal Las Termas, en la municipalidad también han detectado cierto desfase entre ingeniería como solución vial y la arquitectura, como solución social, sin embargo, esperarán al final de las obras para ver qué resolver.
“Una vez que termine el proyecto, el Minvu debe realizar un estudio de conformidad con los vecinos del sector. Veremos qué arroja ese estudio para determinar si solicitamos que se realicen o no algunos cambios relevantes”, anticipa Carlos Araya, jefe del Secpla, del municipio chillanejo