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Logros y desafíos del PPDA

En su último año de vigencia, luego de nueve años y medio del Plan de Prevención y Descontaminación Atmosférica (PPDA) en Chillán-Chillán Viejo, existe una evaluación positiva por parte de las autoridades, dada la reducción de episodios críticos de la calidad del aire y el cumplimiento de algunas metas.

El PPDA contempla 100 medidas a implementar por 20 organismos, en que destacan el reacondicionamiento térmico de las viviendas, la sustitución de calefactores contaminantes, el uso de leña seca, el control de emisiones de fuentes fijas, móviles y quemas, el recambio de buses, la compensación de emisiones en proyectos, la gestión de episodios críticos, difusión y programas complementarios, entre otras. Según la Superintendencia de Medio Ambiente, a 2024 el Plan presentaba un 90% de cumplimiento de las medidas.

La Seremi de Medio Ambiente subraya la reducción en casi 50% de los episodios críticos de contaminación, al pasar de 74 en 2016, a 38 en 2025. También celebra la disminución de la concentración de emisiones de material particulado fino (MP2,5), desde 62 µg/m³ en 2016 a 40 µg/m³ en 2025, una reducción que superó la meta propuesta inicialmente.

Si bien el factor climático ha sido relevante en esta mejora, la implementación de las medidas ha contribuido enormemente a la reducción de las emisiones, lo que permite trazar nuevos desafíos y soñar con un aire más limpio.

Se lograron avances importantes en la renovación de buses y colectivos; se ha fortalecido el trabajo de certificación y apoyo a los productores de leña seca; y también se ha impulsado la industria pelletera local.

Sin embargo, hay metas que no se lograron, como el recambio de 20 mil calefactores a leña por equipos de pellets o aire acondicionado, donde se alcanzó el 55%; o la entrega de 20 mil subsidios de acondicionamiento térmico de viviendas, donde se logró poco más de 11 mil. También hay desafíos en el aumento de la superficie de áreas verdes y en la construcción de ciclovías. Hay que reconocer que la crisis de la pandemia frenó, en parte, el esfuerzo presupuestario de los organismos involucrados.

También hay una titánica tarea en materia de educación ambiental y de fiscalización, donde la comercialización y uso de leña húmeda representa un desafío multisectorial que no se ha abordado con la suficiente energía.

En ese contexto, los equipos del Ministerio de Medio Ambiente están trabajando en el diseño de un nuevo PPDA, que debiera comenzar a regir en 2026 y que, además de Chillán y Chillán Viejo, abarcará otras 11 comunas de la región declaradas zona saturada por contaminación del aire.

El futuro instrumento mantendrá medidas estructurales ya probadas, como el recambio de calefactores, el acondicionamiento térmico de viviendas, la educación ambiental, el control de humos visibles en zonas urbanas, la fiscalización de quemas agrícolas y los programas de compensación de emisiones; pero además, se incorporarán ajustes, con mayor verificación de compromisos, y se añadirán nuevas líneas de acción asociadas a la producción de leña seca y pellets.

Dado el aumento del área a abordar con el nuevo PPDA, es lógico pensar que, con los escasos recursos, el impacto de algunas medidas se pueda diluir, como el recambio de calefactores, por ejemplo. Por ello, será fundamental fortalecer el trabajo de educación y principalmente, la labor de fiscalización, con herramientas más eficientes que permitan lograr el resultado esperado.

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