En septiembre, la Orquesta Sinfónica de Ñuble celebró su tercer aniversario. Tres años en los que el sonido de sus instrumentos ha resonado en teatros, comunas, escuelas y hospitales, marcando un antes y un después en la vida cultural del territorio. Desde su estreno como sinfónica en 2022, junto a figuras como Edith Fischer y Nano Stern, hasta la llegada del destacado violinista italiano Emmanuele Baldini como director titular, la orquesta ha protagonizado una historia de crecimiento vertiginoso. Su ingreso al Programa de Orquestas Profesionales Regionales del Ministerio de las Culturas, y la participación en festivales internacionales, consolidaron un proyecto que hace apenas unos años parecía un sueño distante.
¿Qué opinamos de su existencia? Para Emmanuele Baldini, la experiencia ha superado toda expectativa. “Los logros han sido superiores a nuestros sueños más ambiciosos. La orquesta ha crecido en calidad, grabará un disco para el sello Naxos que será publicado en todo el mundo, y está integrada hoy a la región de una manera muy potente. Aunque seguimos enfrentando las dificultades propias de una institución joven, avanzamos con convicción, buscando consolidar nuestra identidad”.
El gobernador regional, Óscar Crisóstomo, define a la orquesta como un reflejo del espíritu ñublensino. “Es la materialización de un sueño colectivo y un ejemplo de que las metas más ambiciosas se alcanzan con perseverancia. Cada músico representa una historia de esfuerzo que, al entrelazarse, crea la música que hoy nos representa. Su presencia en hospitales, escuelas y comunidades demuestra que la música no es un lujo, sino un pilar del bienestar y del progreso para Ñuble”.
El Teatro Municipal de Chillán ha sido su casa y plataforma. Allí se desarrolla buena parte de su temporada, gracias a un convenio formal que desde 2025 une a ambas instituciones. “Este acuerdo asegura al público una temporada estable y de excelencia”, explica Virna Veas, directora ejecutiva de la Corporación Cultural Municipal. “La orquesta conecta el legado artístico de Ñuble con las nuevas generaciones, fortaleciendo la identidad cultural de la región”.
El impacto de la orquesta se extiende mucho más allá de los grandes escenarios. En San Carlos, Paulina Candia, directora de la Escuela Agua Buena, recuerda la emoción de los niños al escuchar un cuarteto de cuerdas en su establecimiento. “Fue una experiencia inolvidable. Amplió sus horizontes y fortaleció el sentido de comunidad y el valor de la educación rural”.
En el Hospital Herminda Martín de Chillán, los mismos músicos acompañan a pacientes durante las sesiones de diálisis. Para Mauriet Sandoval, enfermera supervisora, el gesto es invaluable. “Convierte un tratamiento difícil en una experiencia más llevadera y positiva. Es un aporte real al bienestar de los pacientes”.
Orgullo regional
El eco de la Sinfónica también se siente en cada comuna. Desde Quirihue, el encargado de Cultura Leonardo Crisóstomo destaca que “estos conciertos despiertan interés y orgullo local. La comunidad valora la oportunidad de disfrutar, en su propio territorio, de una experiencia cultural que antes solo se asociaba a las grandes ciudades”.
En tanto, el consejero regional Marcelo Cifuentes subraya que “la orquesta logra conectar con la audiencia y transmitir la pasión por la música. Su respaldo institucional debe proyectarse en el tiempo, porque su aporte cultural y social es fundamental”.
Para los jóvenes músicos, la Sinfónica se ha convertido en una referencia. Román Gutiérrez, de 16 años, integrante de la Orquesta Juvenil de Cobquecura, lo resume con entusiasmo. “Gracias a sus visitas hemos podido escuchar música en vivo y soñar con ser parte de ese mundo. Espero algún día tocar junto a mis profesores en la orquesta de la región”.
