Esta semana la directora del Servicio Nacional del Patrimonio Cultural, Nélida Pozo, visitó la región para revisar avances en infraestructura y gestión patrimonial, y reforzar el compromiso del Estado con un territorio que (según sus palabras) “se ha posicionado como una región clave en materia de patrimonio”.
“Concluimos el diseño del Museo Regional de Ñuble, que se emplazará en el futuro Parque Ultraestación de Chillán, con más de 7.000 metros cuadrados de superficie. Además, adquirimos el terreno para el Archivo Regional, con una inversión superior a los $5.300 millones”, detalló la directora, destacando que se trata de “una transformación estructural para Chillán y para toda la región, que implicará acceso democrático al patrimonio, nuevos espacios para la educación y la investigación, y polos de desarrollo urbano y turístico”.
Durante su visita, la autoridad también abordó las recientes declaratorias de Monumento Histórico que reconocen la Casa de Gonzalo Rojas e Hilda May, la Casa y Parque de las Esculturas de Marta Colvin y Fernando May y el mural Principio y Fin de Julio Escámez. “Son procesos que no solo protegen bienes, sino que fortalecen la memoria colectiva y la identidad cultural de Ñuble”, señaló.
Ñuble y el desafío de integrar su diversidad
La autoridad enfatizó que Ñuble posee una diversidad patrimonial única, que combina lo arqueológico, lo material y lo inmaterial. “Es una tierra de poetas, de oficios tradicionales, de memorias rurales y de resiliencia cultural. El reto está en articular la protección de ese patrimonio con la educación, el turismo y la identidad de las comunidades, fortaleciendo la corresponsabilidad entre Estado, sector privado y sociedad civil”, señaló.
Esa mirada integradora, añadió, se expresa en proyectos concretos. “El futuro museo no será solo un edificio, sino un relato compartido. La museografía se definirá de manera participativa, involucrando a comunidades, expertos y actores locales. Queremos un museo moderno, con tecnologías interactivas, pero con fuerte identidad regional, que ponga en valor la memoria campesina, la obra de Gonzalo Rojas y la tradición de Ñuble en la historia de Chile”.
Oficios que siguen vivos
Entre los temas abordados en su paso por la región, la directora destacó la relevancia del patrimonio inmaterial y las políticas de salvaguardia activa. “En Ñuble hemos acompañado la Alfarería de Quinchamalí y Santa Cruz de Cuca, inscrita en la Lista de Salvaguardia Urgente de la Unesco y estamos ejecutando el Plan de Salvaguardia de la Técnica de la Cuelcha del Valle del Itata. Lo que corresponde ahora es trabajar en la continuidad de las prácticas, generando instancias de transmisión intergeneracional”, explicó.
Asimismo, adelantó que se incorporarán al registro nacional prácticas regionales como el Canto a lo Poeta, los Titiriteros, el Circo tradicional y próximamente la cestería en mimbre de Roblería, en Coihueco. “El patrimonio inmaterial requiere políticas de largo plazo, y eso implica trabajar directamente con las comunidades”, subrayó.
Para la directora, el patrimonio no es una tarea exclusiva del Estado. “Requiere de alianzas sostenibles. En Ñuble hay ejemplos valiosos en el Valle del Itata, donde comunidades y asociaciones han impulsado proyectos de memoria e identidad. Queremos que el nuevo museo, el archivo y las bibliotecas regionales sean plataformas de colaboración público-privada que potencien el desarrollo cultural y económico desde la identidad local”, comentó.
Consultada sobre el balance general del periodo de gobierno, la directora subrayó que “hemos alcanzado niveles históricos de inversión en infraestructura patrimonial (más de 11 mil millones de pesos en 2024) y ampliamos la presencia del Estado en todo el país con nuevos museos, archivos, bibliotecas y depósitos. Además, hemos triplicado el presupuesto respecto de periodos anteriores, fortaleciendo la descentralización y la participación de las comunidades”, expresó.
En el cierre, la autoridad envió un mensaje a la región: “A las comunidades de Ñuble quiero decirles que su patrimonio es una riqueza única, que no solo pertenece al pasado, sino que es semilla de futuro. Conservarlo y ponerlo en valor requiere del compromiso de cada persona, de cada organización y de cada actor local. El Servicio Nacional del Patrimonio está para acompañar, proteger y difundir esas expresiones, porque entendemos que Ñuble es un territorio donde la cultura y la memoria están vivas en cada rincón”.
