Nadie descubre la pólvora al sostener que -a toda hora- diversas personas comercializan fármacos de manera ilegal en los pasillos del mercado tradicional de Chillán, o plaza Sargento Aldea. Por años, esa dinámica de “paquito-ladrón” entre los infractores y personal de Seguridad o Carabineros había estado bajo el radar del municipio, sin que hasta el momento se diera con una fórmula para ponerle fin.
Sin embargo, la instalación paulatina de cámaras de televigilancia con alcance angular para prácticamente toda la manzana permitieron que el municipio se hiciera de un registro de rostros, formas de operar y horarios de mayor problemática, lo que se sumó a un tipo de evidencia clave: o s testimonios.
Algunos locatarios, quienes acusan actitudes agresivas de algunas de estas personas, generaron denuncias que, además, apuntan a otros locatarios que ayudaban a esta red, escondiéndoles los fármacos, para evitar fiscalizaciones con incautación o detenciones.
“Lo que se necesitaba, entonces es que alguien pudiera hacer la denuncia formal, para que podamos iniciar una investigación con personal del OS9, bajo la figura penal de asociación ilícita, y así abarcar en ella a todos los involucrados”, explicó a La Discusión el teniente coronel Juan José Moraga, jefe de la Segunda Comisaría de Chillán.
Y esa denuncia formal ya se materializó, siendo la Municipalidad de Chillán entidad que a través de ese medio, solicitó el inicio de las investigaciones.
Quien lo confirmó fue el alcalde, Camilo Benavente, quien comentó que “efectivamente nos comprometimos a interponer esta denuncia y lo hicimos como municipalidad. Sin perjuicio de lo anterior, desde hace un tiempo hemos articulado un trabajo coordinado con las policías para proveer el material que pueda constituir evidencia que favorezca los procesos investigativos, poniendo cámaras y todos nuestros elementos a su disposición”.
De esta manera, tanto la Policía de Investigaciones de Chillán como el OS9 de Carabineros ya cuentan con las imágenes para poder identificar tanto a los vendedores, como a los proveedores e incluso a los locatarios que esconden los fármacos, ya que se entenderían como parte de una misma cadena, es decir, una “asociación ilícita”.
Molestia entre locatarios
Este problema y los conflictos que les generan a los trabajadores del mercado tampoco es nuevo para el Concejo Municipal. De hecho, la semana pasada se hizo una presentación por parte del concejal Rodrigo Ramírez, quien volvió a exponer sobre este punto en la Mesa de Seguridad Comunal, que se celebra en dependencias del estadio Nelson Oyarzún.
“Hay mucha gente que nos está diciendo que van a trabajar con miedo, que nadie se atreve a decirles nada ni tampoco a realizar denuncias, a menos que es tas sean bajo total reserva de identidad, caso en el que sí estarían dispuestos a colaborar con ambas policías, si fuera necesario”.
En una extensión de estas quejas, los locatarios piden al concejo que, además, puedan intervenir de manera de tal de poner fin con las personas que pernoctan en el lugar durante las noches, ya que “provocan suciedad, usan el lugar como baño e incluso hemos recibido denuncias de comercio sexual en el sector, y todo eso es totalmente opuesto al sentido de atractivo turístico que se le quiere dar al mercado de Chillán”.
De prosperar el trabajo de recopilación de datos y se cuente con un relato policial suficientemente respaldado en evidencias, es que entonces las averiguaciones llegarían a la Fiscalía Local de Chillán, entidad que sería la encargada de formalizar la causa para dar inicio a una investigación judicial con el objetivo de conseguir condenas.
