Bibliotecas privadas y su destino en Ñuble

Hablar de bibliotecas privadas, me lleva a dirigir los pensamientos y concentrar la atención hacia personalidades extraordinarias que se sostienen en la seguridad de sus conocimientos, a través de los libros y documentos acopiados durante su vida, con un fin específico dentro de sus motivaciones y formaciones personales y/o profesionales.
Investigando, en la región de Ñuble, he podido observar que, tras cada intelectual generalmente existe una nutrida biblioteca personal. Específicamente en la ciudad de Chillán, hubo magníficas bibliotecas que ya no están dentro de los lindes de la ciudad, como lo fue la del poeta Gonzalo Rojas Pizarro, Premio Nacional de Literatura, 1992 y Premio Cervantes en España, 2003. Avecindado en esa ciudad entre los años 1994 y 2011 en forma consecutiva.
Otras bibliotecas se fragmentaron, se dispersaron, o se perdieron en el tiempo, como por ejemplo podemos citar, la biblioteca de arte del coleccionista mayor, Darío Brunet Molina, artista de pergaminos a la pluma y oro, Premio Municipal de Arte y Extensión 1967; la de los hermanos Baltazar Hernández Romero, profesor, artista visual y folclorólogo, Premio Municipal de Arte y Extensión 1959 y la de Sergio Hernández Romero, profesor y poeta.
Afortunadamente, otras bibliotecas han sido conservadas, ya sea que fueren rescatadas, vendidas o donadas a instituciones que son reservorios de patrimonio. Es el caso de parte de la biblioteca personal de Narciso Tondreau Valin, abogado, profesor, exrector del liceo que lleva su nombre y sitio donde permanece a resguardo este patrimonio al día de hoy a más de cien años de su donación en 1922. También es el caso de parte de la biblioteca de Marta Brunet Cáraves, escritora y diplomática, Premio Nacional de Literatura 1961, la cual donó al Liceo de Niñas, y que hoy lleva su nombre, algunos cientos de libros de su propiedad, principalmente durante su estadía en Buenos Aires, entre los años 1939 y 1953 y posteriores hasta su muerte en 1967; la biblioteca de Enrique Gajardo Velásquez, profesor, dramaturgo y gestor cultural, Premio Municipal de Arte y Extensión Cultural 1972, cuya hermana traspasó parte de sus libros a la I. Municipalidad de Chillán, los cuales quedaron en la Biblioteca Municipal Volodia Teitelboim y la biblioteca de Carlos René Ibacache, profesor, escritor, gestor cultural, Premio Municipal de Arte y Extensión 1984, cuyos hijos donaron a la Universidad del Bío-Bío, Campus La Castilla en el 2022.
Hace algunas semanas, en una carta enviada al diario La Discusión, Alejandro Witker, Velásquez, profesor, historiador y gestor cultural señalaba que su tercera biblioteca personal la donará a Ñuble para que sea instalada en una Biblioteca o Archivo Regional futuro.
Sin lugar a dudas, estos patrimonios materiales enriquecen y embellecen los espacios del conocimiento, donde otros lectores e investigadores descubrirán valiosas piezas reunidas ayer con esfuerzo material y de tiempo en las búsquedas, por parte de sus visionarios propietarios. Esta es una significativa forma de contribuir al patrimonio material de la región de Ñuble y que puede ser considerada por otros intelectuales en vida, para evitar la dispersión de tan valiosos fondos bibliográficos.
Alicia Romero Silva
Historiadora