“Presente” en el Congreso: radiografía a la asistencia en sala de ñublensinos

La asistencia a las sesiones del Congreso se ha convertido en un indicador clave de compromiso legislativo.
Desde el 11 de marzo de 2022 hasta el 17 de septiembre de 2025, el promedio nacional de los diputados bordea el 96,46 %, según datos oficiales de la Cámara.
Esta cifra es alta si se la compara con otros parlamentos de la región, y ha sido destacada por medios como El Mercurio y La Tercera como un estándar exigente, en el cual pequeñas variaciones pueden marcar diferencia política.
En la Región de Ñuble, los cinco diputados en ejercicio muestran cifras que, en todos los casos, se sitúan en torno o por encima de ese promedio nacional.
El independiente-DC Felipe Camaño alcanza un 96,85 % de asistencia en sala, con 430 sesiones de un total de 486. Su desempeño es apenas superior al promedio de la Cámara, lo que lo ubica en el rango medio de cumplimiento.
Más arriba aparece el RN Frank Sauerbaum, quien registra un 99,38% de asistencia, con solo nueve ausencias totales (seis justificadas sin efecto en el porcentaje, dos que lo rebajan y una sin justificación). Esta cifra lo ubica entre los más presentes no solo de Ñuble, sino también del Congreso.
Cristóbal Martínez (UDI) mantiene un 97,9 %, con 467 asistencias, mientras que la representante del Partido Social Cristiano, Sara Concha, alcanza un 98,69 %, con 453 sesiones registradas. Ambos superan el promedio nacional, consolidando la idea de que la bancada ñublensina se ubica en un nivel superior al estándar nacional.
Sin embargo, la UDI Marta Bravo es quien lidera en la región con un 100 % de asistencia, dato que la convierte en una de las parlamentarias con mayor regularidad de la Cámara. A pesar de haber tenido nueve ausencias totales, todas estas fueron justificadas y no afectaron su porcentaje oficial, por lo que se mantiene en la cima del ránking.
Los cinco diputados, todos ellos en campaña por la reelección, pueden exhibir estas cifras como carta de presentación ante los electores, quienes suelen asociar la asistencia con responsabilidad y compromiso legislativo.
Carvajal baja el promedio entre senadores
El panorama en el Senado es distinto.
La senadora PPD Loreto Carvajal presenta un 82,4 % de asistencia, con 325 sesiones presentes de un total de 394. Sus 60 inasistencias sin justificar la ubican muy por debajo de la media, transformándola en la parlamentaria ñublensina con menor presencia en el Congreso.
Esta cifra ha sido objeto de críticas, pues contrasta con el nivel de asistencia de los diputados y con el propio promedio de la Cámara Alta, que en general se sitúa sobre el 90 %.
En contraste, el senador UDI Gustavo Sanhueza registra un 97,2% de asistencia, con 383 presencias y 11 inasistencias sin justificar. Sus cifras se acercan al rango superior observado en la Cámara de Diputados, consolidándolo como uno de los representantes más constantes de la región.
La comparación interna entre diputados y senadores revela una marcada diferencia: mientras en la Cámara los cinco representantes de Ñuble superan el 96% y destacan a nivel nacional, en el Senado la realidad es dispar, con un caso bajo (Carvajal) y otro sobresaliente (Sanhueza).
Este contraste abre interrogantes sobre la relevancia que los electores asignarán al factor asistencia en las elecciones de noviembre próximo. En un contexto de creciente escrutinio ciudadano, y en que los medios han resaltado la importancia de la participación activa en sala, las cifras de presencia se convierten en un insumo electoral de primer orden.
Para los candidatos en busca de continuidad, mostrar un porcentaje alto puede ser determinante; para quienes exhiben rezagos notorios, en cambio, puede transformarse en un flanco vulnerable durante la campaña.