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Celebración con horario

Septiembre trae consigo el sonido de la cueca, el aroma de las empanadas y la alegría de reunirse en torno a las Fiestas Patrias. Sin embargo, también nos recuerda los riesgos que acompañan a estas celebraciones. Seis personas fallecidas y 49 lesionadas en accidentes de tránsito se registraron el año pasado en la región, además de un incremento de hechos de violencia asociados al consumo de alcohol y a horarios nocturnos en que las agresiones y la brutalidad ganan terreno sobre la razón. Hubo un carabinero herido, decenas de personas hospitalizadas por riñas, además de un caso que impactó a todo el país, como fue el de un hombre que intentó quemar a su pareja e hija tras rociarlas con bencina.

Es en este contexto que la Delegación Presidencial de Ñuble, en coordinación con Carabineros, resolvió limitar los horarios de funcionamiento de fondas y ramadas hasta la 1 de la madrugada, sin excepciones. Se trata de una decisión que no estuvo exenta de controversia, pero que hoy goza de un respaldo mayoritario de la ciudadanía y que, además, se enmarca en una tendencia nacional, pues en casi todo el país se aplicarán restricciones similares, e incluso más estrictas en algunas comunas.

El fundamento es claro: los registros policiales revelan que la mayor parte de los delitos violentos y los accidentes viales más graves ocurren después de esa hora.

En la región, algunos alcaldes solicitaron flexibilidad, pero la mayoría entendió la señal. En la provincia de Punilla, por ejemplo, realizarán capacitaciones en manejo de extintores y fiscalizaciones previas al inicio de las actividades. Chillán, en tanto, fue más allá. Incluso antes de la determinación de la mesa regional de seguridad, ya había decidido cerrar sus actividades antes de la medianoche. Una apuesta que se sustenta en la experiencia de eventos culturales y costumbristas recientes que lograron reunir a la comunidad en paz, sin trasnochar más de lo necesario. “Cierre a las 23:59”, dicen desde el municipio, como un gesto de respeto hacia los vecinos y hacia la calidad de vida de los asistentes.

La medida puede sonar drástica para algunos, sobre todo para los fonderos que viven de estas fechas. Pero vale la pena preguntarse si pesa más, unas horas extra de música y ventas, o la posibilidad de evitar muertes y tragedias familiares. La respuesta parece obvia.

Ñuble tiene una deuda histórica con la seguridad vial. Los accidentes por conducción en estado de ebriedad han marcado cada celebración dieciochera. El 50% de las víctimas fatales del año pasado perdió la vida en horarios que hoy quedarían restringidos, y con constatación de consumo de alcohol en los conductores involucrados. Son datos que, por sí solos, justifican la decisión.

Celebrar con responsabilidad no significa renunciar a las tradiciones. Al contrario, significa preservarlas en un marco donde la vida no quede expuesta al azar de la imprudencia. Significa brindar con la certeza de que alguien sobrio llevará el volante, o compartir con la familia en un espacio que priorice el encuentro y no el descontrol.

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