“Nunca olviden la historia de Ñublense y a los jugadores que dejaron su huella”

Humilde, silencioso, algo mal genio, pero letal en el área. Así era Ricardo “El Pescado” Parada, el otrora veloz y encarador puntero derecho y goleador del Ñublense campeón de la Tercera División 2004, tras una dramática definición con Curicó Unido en la infartante liguilla final.
Jugó el 2003 y el 2004, con 19 años, en la tienda chillaneja, tras arribar a préstamo proveniente de la Universidad de Concepción, pero fue en el Rojo, de la mano de los técnicos Esaú Bravo y Luis Marcoleta, que explotó para llegar a la Selección Chilena que disputó el Mundial Sub-20 2005 y luego ser subcampeón con la UdeC 2006. Malas decisiones lo llevaron a dejar el campanil y emigrar a la Segunda División de México, donde no jugó ni recibió dinero. Luego fichó en Osorno, que peleaba por no bajar y pasó por varios equipos. Intentó volver a Naval y estuvo varios meses sin recibir sueldo, así que optó por el retiro.
Por eso hoy evoca con cariño su tremenda campaña con el Ñublense que logró la corona de campeón de Tercera División el 2004.
“Teníamos un gran grupo, estábamos convencidos de que podíamos lograr el ascenso. Sufrimos harto al principio porque ellos (Curicó Unido), tenían una diferencia de seis puntos, pero tratamos de dar la pelea y gracias a Dios se nos dio el resultado y llegamos al objetivo final”, recuerda Parada, quien el domingo, a las 12.30 horas, en el estudio Nelson Oyarzún, integrará la Selección de Jugadores Históricos de Ñublense que disputará un partido amistoso con la Selección de Creadores de Contenidos de Chile que se prepara para el Mundial de Malasia, en el marco del “Festival de la Longaniza Chillán 2004”.
“El Pescado”, que fue trascendental en el emocionante ascenso de hace 21 años en Linares y durante toda la campaña, está radicado en Chillán Viejo, tras vivir toda su vida en San Pedro de La Paz y en Chiguayante.
Su apodo, recordó alguna vez, nació porque su abuela, quien prácticamente lo crió, salía a vender pescado y llevaba a su nieto, prácticamente un bebé, en una especie de carro o canastillo. Cuando le preguntaban por él, ella decía que “ahí está el pescadito”.
Cuando arribó a Chillán, se ganó el cariño de la hinchada por su velocidad endemoniada, goles y valentía. Rasgos que afloraron especialmente en la liguilla final, cuando a pesar de ser atropellado junto a su pareja, Estefanía, en la Avenida O’Higgins con El Tejar, optó por jugar con el hombro vendado y entablillado e igualmente marcó diferencias en esa victoria clave para quedar a tres puntos del líder Curicó Unido en la liguilla final.
“La primera final que jugamos con Curicó Unido fue muy dura porque teníamos que ganar sí o sí, pero el partido estaba medio cerrado, pero como dije, la fuerza que tenía este grupo era grande y en una jugada muy buena que se armó por la derecha, se logró el gol que para nosotros era muy importante porque ganamos y llegamos a jugar una nueva final con Curicó en Linares”, recuerda Parada en diálogo con La Discusión. Él anotó uno de los dos goles con los cuales Ñublense venció en Linares y timbró el título y el ascenso a Primera B.
“Recuerdo que la traía Montecinos y se mete hacia el medio y me la pica, yo trato de ponerme en línea, como que retrocedí un poco, si no quedaba off side y ahí enganché hacia adentro y le pegué cruzado bajo”, rememora.
“Ñublense fue algo muy importante en mi vida, fue un proceso muy lindo porque ahí recién empecé a despegar un poco en mi carrera y de ahí me salió el llamado de la Selección Chilena Sub-20 que fue un orgullo para mí. Recuerdo con cariño a este grupo. Recuerdo que llegué a corta edad (19 años), porque llegué con Rodrigo Rivera de los cadetes de la Universidad de Concepción y Ñublense nos dio una gran experiencia a para poder partir nuestra carrera y eso lo recordamos con mucho cariño”, cuenta, antes de valorar el presente del Rojo y llamar a la hinchada, en vísperas del 109° Aniversario del club, que se celebra este 20 de agosto, a no olvidar a los jugadores del pasado.
“Lo importante es que Ñublense está ahora en la Primera División, que después de nuestra hazaña, logró llegar lejos, a jugar Copa Libertadores y Sudamericana. Por eso la hinchada debe seguir apoyando al club y también que no se olviden de la historia porque también hubo jugadores que pasaron por Ñublense y dejaron su huella. Que nunca se olviden de ellos porque también aportaron su granito de arena”, sentencia el “Pescado” que nadó en un mar de gloria en Chillán.