Desconexión política

Señor Director:
Resulta cada vez más evidente la desconexión entre la clase política – tanto de izquierda como de derecha – y la realidad que viven millones de personas en Chile. Les falta calle, les falta terreno, les falta vivir en carne propia los desafíos cotidianos de quienes no acceden a privilegios ni a redes de protección.
Lo más paradójico es que esa misma realidad que ignoran, menosprecian o analizan desde la distancia, es la que les permite ocupar cargos, construir estatus y ejercer poder. Sin ciudadanos que voten, protesten o simplemente existan dentro de un sistema democrático, no habría Congreso, ni gobiernos, ni debates públicos que justifiquen su presencia o protagonismo.
Los políticos deben recordar que no son dueños del poder, sino administradores circunstanciales del mandato popular. Su desconexión, su ceguera o su indiferencia ante la vida real de las personas sólo alimentan el descrédito, la apatía y la desconfianza.
Conocer la calle, escuchar sin cámaras, caminar sin escoltas y vincularse con el país profundo no debiera ser una excepción, sino una obligación ética y política.
Rodrigo Durán Guzmán