El padre Fernando Varas es un chillanejo que ha destacado por su vocación religiosa y labor comunitaria desinteresada.
Proveniente de una familia católica ligada a la Iglesia La Merced, descubrió su vocación sacerdotal tras cursar la educación superior y trabajar en el área de la ingeniería eléctrica. También se desempeñó como dirigente del Club Deportivo Real Oriente, árbitro y director.
El año 1993 marca el inicio de su vida dedicada a Dios. Fue ordenado sacerdote y su primer destino fue la parroquia San Juan de Dios, monumento nacional ubicado en el antiguo hospital que lleva su nombre.
Entre los hitos más destacados de sus 32 años de servicio, fue impulsar, junto al médico Iván Paul, la capilla del Hospital Herminda Martín, inaugurada en 2003. Además fue promotor del voluntariado en el mismo complejo asistencial, junto al doctor Carlos Hernández. Como resultado de esa gestión, las Damas de Rojo, Gris, Blanco y Celeste le abrieron paso ayudando a las familias y pacientes en sus necesidades primordiales. Fue párroco y declarado hijo ilustre de San Nicolás. Durante su periodo en esa comuna, entre 2001 y 2007, junto a la comunidad impulsaron la construcción de tres capillas que fortalecieron la vida pastoral.
En la parroquia de Chillán Viejo, reactivó la vida comunitaria, mediante talleres y grupos, y cumplió un papel clave en la restauración de la iglesia y sede.
Además, permitió que el sector de Los Coligües pudiera desarrollar su fe, tras celebrar misas en una bodega y en un colegio. La donación de un terreno, por parte de un conocido médico, permitió contar con una capilla dedicada a la Virgen del Carmen.
“Me emociona y pienso que, sí he sido bueno, ahora tengo que ser mucho mejor. Cada vez que se nos distingue por algo, es una llamada a ser más cercanos, más humanos frente a la realidad que vivimos en Chillán y en todo Ñuble”, afirmó tras ser distinguido como ciudadano ilustre 2025
